Aunque en el día a día nos manejamos apenas con un par de tipos de arroces, puede ser un buen momento para descubrir algunas de las variedades que están empezando a implantarse en el mercado. Y es que los expertos no se ponen de acuerdo, ya que es imposible acordar una cifra exacta de tipos de arroces, que puede superar el número de 10.000 variedades.
Pueden dividirse de diversas formas, aunque lo más común es fijarse en su forma. De este modo, tendríamos grano corto (o variedad japónica, de climas más templados y con mayor cantidad de almidón), grano largo (o variedad índica, que suele cultivarse en los trópicos) y grano medio. En España, segundo productor de la UE, por ejemplo, se cultiva tradicionalmente del grano corto, que se adapta mejor al clima mediterráneo.
Una vez definida esta separación principal, podemos detenernos en algunos tipos más concretos:
Medio: Mide entre 5 y 6 milímetros y es el de mayor consumo. Tarda más en cocer que el grano redondo, pero queda entero y suelto. Es el que se utiliza para paella y arroces al horno.
Redondo: De menor longitud que el grano medio, cuece antes que éste. Es adecuado para arroces cremosos, risottos italianos y postres como arroz con leche. Es el más utilizado en España y el más adecuado para absorber los sabores del caldo con el que se prepara.
Largo: Supera los 6 milímetros de longitud. Su tiempo de cocción es menor que el de grano medio, y queda suelto y entero, por lo que es adecuado para ensaladas y guarniciones.
Glutinoso: Los granos tras su cocción, quedan pegados unos a otros debido a su gran contenido en almidón, lo que lo hace recomendable para la elaboración de algunos platos de la cocina china y japonesa, como es el caso del sushi.
Basmati: Es un subtipo de arroz largo. De origen hindo-paquistaní, es muy fino pero tras su cocción permanece entero y suelto y conserva un característico aroma que recuerda a la nuez. Está connsiderado como uno de los mejores arroces del mundo.
Integral: A este arroz se le quita la cáscara y se conserva el salvado, por lo que presenta un alto contenido en vitaminas y fibra.
Vaporizado: Tiene casi el mismo valor nutritivo que el integral. No se pasa ni se pega aunque tarda más en cocer. Se utiliza en la elaboración de arroces regionales.
Salvaje: Crece a orillas de los Grandes Lagos de Canadá. Es el más fino y de color oscuro. Tras su cocción se mantiene entero y es ideal para guarniciones de carnes, pescados y ensaladas.
Tailandés: Destaca por su aroma a jazmín. Puede servirse hervido a la oriental, como guarnición de pescados y mariscos.