Cazadores, tiradores olímpicos, coleccionistas, escoltas, policías... constituyen un pequeño universo de profesionales que viven y sienten la pasión de las armas. A pesar de episodios concretos de personas descontroladas que –esporádicamente- abren las páginas de sucesos por la utilización ilegal y violenta de armas, lo cierto es que la posesión de armas de fuego en España está muy restringida y regulada: de hecho, el circuito de las armas en nuestro país es uno de los más seguros del mundo gracias a una reglamentación que registra y realiza seguimientos controlados de todas y cada una de las más de cuatro millones de piezas que existen. El mercado legal de las armas es un territorio fascinante en el que Treinta Minutos se adentra de la mano de quienes mejor las conocen: los profesionales. “Armados” explica qué requisitos son necesarios para obtener una licencia, cómo son los cursos de tiro, cuáles son las armas más codiciadas del mercado y cómo persigue la Guardia Civil la circulación de armas ilegales.
Francisco Javier Torremocha es tirador olímpico. Dispara con dos carabinas: una de aire comprimido y otra del calibre 22. Para entrenar, acude al campo de tiro de Cantoblanco todos los fines de semana. Allí mismo compra la munición que emplea para disparar; cada proyectil que adquiere queda registrado.
Rifles y escopetas de caza conforman la mayor parte de las armas que se utilizan en España. Esteban Herradón es cazador y guarda sus piezas siguiendo estrictas medidas de seguridad. Para conseguir su licencia, Esteban ha tenido que pasar varios exámenes: un test de 20 preguntas sobre el uso del arma, una prueba de tiro y un psicotécnico. Cada cinco años debe renovar el permiso si quiere seguir practicando éste deporte. Treinta Minutos le ha acompañado durante una de sus actividades favoritas: cazar; en concreto, en la “espera” de un jabalí, en Méntrida. El programa ha visitado asimismo una de las armerías más prestigiosas de Madrid, Argali, donde José Luis Ramírez, el propietario, muestra las enormes cámaras acorazadas donde guarda armas cuyos precios van desde los 300 hasta los 50.000 euros.
Treinta Minutos ha visitado las instalaciones del Grupo de Intervención de Armas de la Guardia Civil en la calle Guzmán el Bueno. Allí, agentes especializados realizan la “revista de armas” a los ciudadanos que acuden a renovar sus licencias; éstos deben presentar los preceptivos test validados, pero también las armas de las que son propietarios. Este Grupo de la Guardia Civil también decomisa y custodia todo tipo de armas ilegales, desde ametralladoras de combate, escopetas de cañones recortados hasta granadas de mano. Sólo en tres meses, los agentes pueden llegar a retirar centenares de armas ilegales; al año, más de tres mil armas de este tipo son destruidas por la Guardia Civil.
“Armados” muestra cómo son los cursos de entrenamiento y capacitación que deben seguir los vigilantes privados para poder llevar armas en su puesto de trabajo. Se trata de un requisito previo –e imprescindible- que exige el Ministerio de Interior.
Paco Acaso conoce a fondo mundo de los coleccionistas de armas época; es especialista en Avancarga, un arma de fuego -con mecha incluida- en la que él es especialista; con su pieza de colección realiza disparos reales en un campo de tiro y compite con otros aficionados.
Por último, Treinta Minutos ha querido reflejar cómo la fascinación por las armas se extiende al terreno lúdico de los adultos; la práctica del airsoft –batallas simuladas con replicas de armas hiperrealistas donde grupos de adultos compiten a campo abierto- reúne cada semana a decenas de hombres y mujeres en los alrededores de Cadalso de los Vidrios. Camuflados con ropa de campaña, pertrechados de botas y réplicas indistinguibles de sus fusiles de guerra favoritos, los jugadores de airsoft defienden su pasión como un pasatiempo pacífico que les sirve para disfrutar, liberar estrés y reencontrarse con la naturaleza y el ejercicio físico.