El seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, blindó el entrenamiento del equipo nacional e ignoró las peticiones públicas de abrir las puertas a los aficionados.
Scolari cambió a última hora el lugar de la práctica, que había sido anunciada para Serrinha, un pequeño estadio en el centro de Goiania que puede ser divisado desde los edificios vecinos y donde los aficionados montaron una gran algarabía la semana pasada.
El entrenador eligió en cambio un terreno de juego privado, protegido de la mirada de extraños a las afueras de la ciudad, el Centro de Entrenamientos del Goiás, donde hoy los únicos testigos fueron, además de los periodistas, una decena de niños que se subieron a un muro, desde donde ni siquiera pudieron ver a Neymar.
La decisión de Scolari tuvo también en cuenta el hecho de que en el campo del Goiás hay un gimnasio, según explicaron hoy los portavoces de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
La CBF también ignoró una petición realizada el pasado viernes por la Cámara Municipal de Goiania para que la selección disputase un partido de entrenamiento a puertas abiertas en el Serra Dourada, el mayor estadio de la ciudad.
En el entrenamiento de hoy, tanto Neymar como el resto de los titulares se ejercitaron en el gimnasio y después trotaron brevemente alrededor del césped, mientras que los suplentes jugaron un partidillo.
La selección brasileña se entrenó hoy por primera vez con el balón oficial de la Copa Confederaciones, llamado "Cafusa", con el que debutará ante Japón el próximo sábado en Brasilia.
FILIPE LUIS VIAJA A ESPAÑA PARA CONOCER A SU HIJO
El lateral izquierdo brasileño Filipe Luis recibió permiso para regresar más tarde a la concentración de su selección y viajar a Madrid a conocer a su hijo, Tiago, que nació anoche. El defensa del Atlético de Madrid fue el único ausente hoy en la concentración de la "canarinha" que prepara la Copa de las Confederaciones.
Los jugadores de la selección que dirige Luiz Felipe Scolari volvieron a concentrarse hoy en Goiania, después de haberse tomado 40 horas libres tras el amistoso con Francia (3-0) del pasado domingo.
Los centrocampistas Jadson y Paulinho aseguraron desde la concentración que Brasil quiere romper la ley no escrita según la cual el equipo que gana la Copa Confederaciones está abocado al fracaso en el Mundial del año siguiente.
"Estamos aquí para romper ese tabú. La Copa Confederaciones es un gran momento para comenzar con el pie derecho la caminata al Mundial. Queremos ganar los dos", resumió Jadson en una rueda de prensa en Goiania, capital del estado de Goiás, en el centro de Brasil, donde la selección está concentrada.
