El año pasado un grupo de exaltados empezó a increpar a un grupo de policías durante las fiestas de Pozuelo y la cosa acabó en una batalla campal contra las Fuerzas de Seguridad en la que ardieron contenedores, voló todo tipo de artefactos contra los agentes, hubo veinte heridos y diez policías fueron heridos.
Las imágenes pusieron de manifiesto que los botellones necesitan ser algo más que vigiliados durante este tipo de eventos. De este modo, este año el recinto ferial está totalmente vallado, con un importante dispositivo de control policial, cámaras de videovigilancia en la calles y focos antibotellón. En Madrid Directo hemos estado allí para ver qué medidas se van a tomar y cuál es la opinión de los chavales frente a tanta vigilancia.