Varios paracaidistas que sirvieron en la localidad norirlandesa de Londonderry cuando se produjo el llamado Domingo Sangriento han criticado el informe Saville, que culpa directamente al Ejército británico de la muerte de 14 civiles.
Seis soldados, ninguno de los cuales disparó entonces contra los manifestantes republicanos, han rechazado las críticas al teniente coronel Derek Wilford, que los mandaba, con el argumento de que se ha buscado en él a un chivo expiatorio, informa la BBC. El mando militar, que estaba entonces al frente del Primer Regimiento de Paracaidistas, siempre ha sostenido que sus hombres se limitaron a responder a los disparos que habían recibido.
Sin embargo, el informe del juez Lord Saville, publicado este martes, asegura que Wilford ordenó el ataque contra los civiles que participaban, el 30 de enero de 1972, en una manifestación pacífica a favor de los derechos civiles. El militar es acusado de haber desobedecido las instrucciones que le dio su superior, el brigadier Pat McClellan. De acuerdo con el informe, ninguno de los participantes en la manifestación representaba una amenaza ni abrió fuego.
Al anunciar las conclusiones del informe ayer en el Parlamento, el primer ministro británico, David Cameron, calificó lo sucedido de "injustificado e injustificable". Tras su publicación, debe ser ahora la Fiscalía Pública de Irlanda del Norte la que decida si procesa o no a algunos de los militares responsables de aquella matanza.