El desempeño del Real Madrid en este Mundial de Clubes podría describirse en cuatro aspectos: la nueva filosofía de Xabi Alonso, la irrupción de Dean Huijsen, el regreso del mejor Vini y la ilusión que genera Gonzalo.
El canterano blanco parece haber logrado lo que parecía imposible: hacerse hueco en la constelación blanca.
Pleno de titularidades en el Mundial, 225 minutos disputados y un balance de dos tantos y una asistencia en su cuenta particular, hacen del madrileño una pieza clave en este nuevo Madrid de Xabi Alonso.
En un equipo en el que los focos siempre apuntan a los Mbappé, Bellingham, Vinicius y compañía, el máximo goleador de la Primera RFEF ha conseguido tirar la puerta abajo a base de esfuerzo, trabajo y sacrifico.
La mayor de sus virtudes es, sin duda, el silencio. El ariete de La Fábrica tenía pie y medio fuera del club de sus sueños y, sin hacer mucho ruido, su humildad y proyección han hecho que Xabi cuente con él y le siga dando oportunidades más que merecidas.
Tanto es así que, en estos momentos, García parte como segundo '9' en los planes del tolosarra (por delante de Endrick y solo por detrás de Kylian Mbappé).
El rol de Joselu y la ilusión por el "nuevo Raúl"
Tiene 21 años, una carrera tremendamente prometedora y una proyección imparable.
Muchos, teniendo en cuenta su situación, le aconsejarían que buscase una cesión y disputase el mayor número de partidos posible esta temporada para curtirse en la élite y gozar de la continuidad que necesita.
Sin embargo, Gonzalo tiene claro su sueño: "Ojalá pueda jugar en el Real Madrid, para mí lo es todo".
Ahora, con este contexto y en esta tesitura, el canterano blanco debe decidir entre quedarse y seguir luchando con uñas y dientes por su sueño o apostar por una cesión que proyecte más si cabe su carrera con la esperanza de poder volver, y hacerse hueco, algún día.
En caso de quedarse, su rol está claro: suplir a Mbappé y "hacer de Joselu" cuando sea necesario.
Su principal rival en el reparto de minutos será Endrick, pero el madrileño cuenta con un factor muy a su favor: es el único delantero puro en el actual plantel blanco.
Fija a los centrales, ofrece sacrificio en tareas defensivas, es un valor seguro en el juego directo (peleando cada balón y pudiendo dejar de cara para los futbolistas que vengan en segunda línea) y presenta una clara amenaza en centros laterales.
Todas estas características que definen a la perfección al '30' madridista, hacen de Gonzalo un jugador diferente al resto de la plantilla merengue y un recurso idóneo para partidos atascados.