La excelencia en el corazón de Madrid

  • El Instituto San Mateo es el centro de referencia de excelencia de la Comunidad de Madrid, unido a las aulas de excelencia que hay en el resto de la región
  • La mayor demanda es para las opciones del Bachillerato de Ciencias
Alumnos del Instituto San Mateo
Alumnos del Instituto San Mateo |Telemadrid

Cientos de personas pasan a diario por las puertas del IES San Mateo, paseando desde el bario de Justicia a Chueca. Junto a la calle Fuencarral un edificio de ladrillo pasa desapercibido en la calle Benificencia, podría ser un centro más pero en realidad el Instituto San Mateo es pionero en el Bachillerato de Excelencia y el único en la capital. Son una especie de aldea gala educativa a la que los alumnos acuden entusiasmados a aprender y los profesores a enseñar.

Horario Silvestre lleva once años al frente del San Mateo, desde que el instituto echara a andar en 2011. Él ha sido testigo de cómo varias promociones han pasado por sus aulas y como el modelo se ha ido consolidando desde los 85 jóvenes que iniciaron la experiencia en el primer curso. “La mayoría de los alumnos vienen de la Comunidad de Madrid” afirma Horacio Silvestre, aunque algunos han optado por este centro al vivir en provincias cercanas e incluso ha recordado cómo un alumno vino desde Melilla porque quería estudiar en el San Mateo.

Ana, ex alumna: "El ambiente en las clases no tenía nada que ver con el de mi anterior colegio. Me encontré de repente a gente que compartía mis intereses y que, sobre todo, tenía ganas de aprender e ir a clase"

Los alumnos de este centro cursan las mismas asignaturas que el resto de compañeros de Bachillerato, pero algunas materias las desarrollan con mayor profundidad, como el inglés, el latín o las matemáticas. Además, sólo hace falta echar un ojo a las clases extra escolares para darse cuenta que estamos ante una rara avis de los institutos. Los ciclos de conferencias, las clases magistrales, los concursos de oratoria, matemáticas o latín y las representaciones teatrales son sólo algunas de las opciones que estos alumnos tienen a su alcance.

Uno de los laboratorios del Instituto / Telemadrid
Uno de los laboratorios del Instituto |Telemadrid

Así, no es de extrañar que en estos años los premios y diplomas conseguidos se amontonen en las paredes del centro. Sin duda, alumnos excepcionales con profesores excepcionales que hacen posible que los alumnos salgan con una nota media superior al 8.

Horario Silvestre tiene razones para hablar con satisfacción de sus alumnos y ex alumnos y es que en este Instituto se respira un ambiente diferente. Las ganas por aprender lo inundan todo.

Ana Jara: "Al estar todos enfocados en un mismo objetivo, que era aprender, nos daban total libertad y nos trataban como adultos"

Ana Jara sabe bien lo que es estudiar en el Instituto San Mateo, aunque hace ya tres años que dejó atrás esas aulas cuando se le pregunta por si su paso por ellas cree que ha sido esencial a la hora de afrontar su vida universitaria responde afirmativamente con contundencia. Como ella misma ha contado a Telemadrid.es “la forma en que nos impartían las clases era muy distinta a la de un centro normal. Por un lado, los profesores, que transmitían sus ganas y su gusto por lo que impartían; y, por otro lado, los alumnos y el ambiente que se generaba, que fomentaba las ganas de aprender. Así aprendí a tener una madurez y un pensamiento crítico que no se suele adquirir con una educación normal. Aprendí a pensar y a tener un deseo insaciable de saber. De hecho, gracias al instituto estudio actualmente Humanidades, porque no me podía decidir entre todas las asignaturas, entre ningún saber específico; y esto es lo que me enseñan en esta carrera”.

Ana no dudó a la hora de decantarse por el San Mateo, quería un cambio porque “estaba cansada de estar en el mismo colegio toda la vida y quería conocer gente y nuevos profesores”. Además, sus dos hermanos mayores son ex alumnos de centro así que “ lo conocía de buena mano y tenía buenas referencias. Ambos consiguieron estudiar lo que querían y con muy buenos resultados académicos, y yo, que quería lo mismo, seguí su camino”, nos dice.

Horacio Silvestre: "Las aulas del Instituto son un reflejo del mosaico sociológico que es Madrid"

Alumnos, ex alumnos y profesores coinciden en señalar que si algo distingue a las clases del San Mateo es que los alumnos se encuentran con gente que comparte sus mismos intereses y que, sobre todo “tiene ganas de aprender e ir a clase” señala Ana. “Comparado con un grupo en el que solo ponían interés unas 10 personas, recuerda Ana de su anterior centro, esto era una maravilla”.

“Para mí, es imposible obtener una buena educación si no estas en un ambiente propicio para ello. Y esto es lo que proporcionaba el San Mateo, un entorno en el que todo el mundo sumaba y nadie restaba” afirma tajante esta ex alumna.

El patio del centro / Telemadrid
El patio del centro |Telemadrid

Los profesores son otro de los elementos esenciales en el éxito del centro. Los alumnos les exigen al máximo y ellos se “enfocan mucho más en desarrollar nuestro pensamiento crítico que en aprender una cantidad de temas. Los exámenes, por ejemplo, muchas veces eran ensayos, con los que se evalúa lo que sabe el alumno y no lo que no sabe. Puedo decir que no estudiaba casi para los exámenes porque aprendía tanto durante las clases que no me era necesario casi prepararme” ha recordado Ana.

“Para mí, es imposible obtener una buena educación si no estas en un ambiente propicio para ello"

Y qué es lo que más le gusta a un alumno de estudiar en un centro como el San Mateo. Ana lo tiene claro: “la diversidad que había. Es un centro público al que no se accede por medios económicos, por lo que había estudiantes de todas las clases sociales”. Algo que también destaca siempre su director, quien defiende que "las aulas del Instituto son un reflejo del mosaico sociológico que es Madrid". También señalan la cercanía y el sentimiento de “familia que existe”. “Todos los alumnos estábamos ahí por la misma razón, por lo que nos reflejábamos los unos en los otros y creábamos un gran grupo” señala Ana.

Los alumnos coinciden en que deberían existir más institutos de Excelencia académica, pero como matiza Ana “no demasiados”. Ella, como antigua alumna, defiende que existan los centros necesarios para poder facilitar el acceso a aquellos alumnos que están dispuestos a esforzarse, pero poniendo mucha atención en no masificar para que “no pierda su esencia”. Sin duda, un reducto en el que el lema del centro alcanza todo su sentido: Summa in primis (Lo excelente ante todo)