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Si buscas un sitio con encanto, bien conectado y lleno de planes para todo el año, apunta este nombre: Morata de Tajuña. Hay lugares que sorprenden sin hacer mucho ruido... y este es uno de ellos.

A tan solo 35 kilómetros de Madrid, este municipio madrileño tiene todo lo que un buen viajero quiere encontrar: historia viva, paisajes preciosos, fiestas únicas y, por si fuera poco, dulces que crean adicción (sí, hablamos de las famosísimas palmeritas).

Un patrimonio con mucha historia (y muchas historias)

Empezamos por su patrimonio, que no pasa desapercibido: la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción con su impresionante retablo, la coqueta Ermita de la Virgen de la Antigua, el edificio de la antigua familia MacCrohon (hoy Casa de la Cultura), y el Museo Etnológico, dedicado a las costumbres tradicionales de Morata.

Iglesia Morata de Tajuña | Comunidad de Madrid

Y si te interesa la historia reciente, el Museo de la Ballata del Jarama, sobre la Guerra Civil y Posguerra, te dejará con la boca abierta. ¿Sabías que aquí también puedes visitar un auténtico molino harinero del siglo XVIII, convertido en Museo de la Molinería?

Para los que disfrutan del aire libre, Morata es un paraíso. La Vía Verde del Tajuña es perfecta para andar en bici o hacer senderismo, con dos tramos que conectan con Arganda del Rey y Perales de Tajuña.

Vía Verde- Morata de Tajuña | Comunidad de Madrid

Además, hay rutas como 'El Corazón de Morata', que combina lo mejor del patrimonio con un paseo relajado. Si te animas a subir un poco más, las sendas de 'El Bosque' (la A, más sencilla, y la B, con algo más de caña para piernas valientes) te llevarán por entornos preciosos y muy poco transitados.

Desde el Balcón de Pilato, tendrás una vista privilegiada de toda la Vega de Morata, conocida como la antigua Huerta de Madrid, gracias a la riqueza de sus tierras y al tren que en su día la conectaba directamente con la capital.

Y si eres amante de la historia militar o simplemente te gusta caminar con sentido, no te pierdas las rutas de la Batalla del Jarama, con 9 recorridos que te llevan por trincheras, miradores y espacios clave de uno de los episodios más duros de la Guerra Civil.

Batalla Jarama- Morata de Tajuña | Comunidad de Madrid

Fiestas que no se olvidan (ni se parecen a ninguna otra)

¿Más planes? Por supuesto. Morata no se entiende sin sus fiestas. Aquí se celebra una de las Pasiones Vivientes más especiales de toda España: cada Jueves Santo, Morata se transforma en un escenario gigante, con una representación que tiene Bendición Apostólica del mismísimo Vaticano.

Un plan único, seas creyente o no. Muchos de los morateños se esfuerzan durante meses para preparar esos días y hacer que la gente disfrute, viva y sienta la Pasión como suya.

Pasión- Morata de Tajuña | Comunidad de Madrid

Otra cita que ha ganado fama (¡y con razón!) es la Feria de la Palmerita, que se celebra en diciembre. Durante ese fin de semana, el pueblo entero se vuelca con su dulce más emblemático: la palmerita de Morata, esa pequeña joya de hojaldre bañada en almíbar o chocolate que enamora a cualquiera que la pruebe.

Hay mercado artesanal, música en vivo, actividades para todas las edades y, por supuesto, toneladas de palmeritas. Literalmente, toneladas.

¿Por qué ir a Morata?

Porque lo tiene todo: cultura, tradición, naturaleza, buena comida, planes para todas las edades y ese ambiente de pueblo que te hace sentir bien desde que llegas.

Porque es un destino de los que no están masificados, pero sí cargados de valor, de los que dejas marcado en favoritos para volver con otros ojos. Porque es un lugar que combina lo auténtico con lo accesible, lo histórico con lo actual. Y porque, seamos sinceros… ¿Quién puede resistirse a una buena palmerita?

Prepara calzado cómodo, buen apetito y muchas ganas de dejarte sorprender. Aquí siempre hay algo nuevo que ver, saborear o disfrutar.