Las Rutas de Vinos de Madrid, una manera de vivir y sentir la cultura madrileña a través del enoturismo

España es tierra de vinos. Nuestra geografía alberga la mayor superficie de viñedos del mundo y elabora algunas de las denominaciones de origen más respetadas internacionalmente, como Rioja o Ribera del Duero. Pero a veces no hace falta irse lejos en busca de tesoros, sino que los laureles (o las uvas en este caso) están en casa propia: con cuatro subzonas y más de 8.000 hectáreas de viñedo, la Comunidad de Madrid cuenta con denominación de origen propia, lo que posiciona a la región madrileña como un imprescindible destino enoturístico.

Rincones que destilan autenticidad y que son algunos de los secretos mejor guardados de la región madrileña. Acogedores escenarios que reciben con los brazos abiertos a quien quiera descubrirlos y en los que el visitante puede degustar los sabores de Madrid al tiempo que se comparten sensaciones con su gente. La Denominación de Origen Vinos de Madrid es el reflejo de una cultura y una tradición que se pueden recorrer a través de las Rutas de Vinos de Madrid.

Cada vez son más las bodegas visitables de la Comunidad de Madrid, algunas de las cuales ofrecen experiencias del todo singulares en torno al mundo del vino. Diseño de vinos, senderismo entre viñedos, recorridos a caballo o visitas a una bodega bajo las estrellas son solo algunas de las variadas actividades del enoturismo madrileño, y entre las que no podía faltar la clásica cata de vinos.

Vivir y sentir los vinos de Madrid

¿Sabías que Madrid es la única capital europea que tiene una Denominación de Origen propia? El distintivo de D.O. garantiza desde 1990 la calidad de los vinos madrileños. Una calidad que va de la mano de su historia y que no puede entenderse sin sus pueblos, su patrimonio, sus tradiciones y su gastronomía.

San Martín de Valdeiglesias, Navalcarnero, Arganda y El Molar. Las cuatro subzonas madrileñas acogen una extensa red de bodegas, más de 40 de las cuales están adscritas a la Denominación de Origen Vinos de Madrid; aproximadamente entre 20 y 22 ofrecen experiencias visitables de forma regular, integradas desde 2016 en el programa oficial de enoturismo que propone una atractiva propuesta de ocio con el vino como anfitrión y protagonista.

Las Rutas de Vinos de Madrid significan vivir el Madrid más auténtico, ese Madrid de cálida hospitalidad siempre dispuesto a desvelar incluso sus rincones más anónimos.

En la página web Madrid Enoturismo puedes descubrir todas las experiencias de enoturismo que ofrecen las bodegas madrileñas. Desde actividades con amigos a citas románticas con tu pareja, la lista abarca todos los gustos y nosotros te ofrecemos una selección de nuestros planes favoritos.

Ruta a caballo

Entre los parajes de pura belleza de la sierra de Gredos se esconde la Bodega Cristo del Humilladero. La visita y cata en la bodega se complementan con un recorrido a caballo entre los viñedos, huertos y arboledas que pueblan el valle. Una manera diferente y única de conocer "desde las alturas" el entorno agrícola y natural de Cadalso de los Vidrios.

Trekking entre viñedos

Para aquellos que prefieran recorrer a pie las viñas, está esta opción de trekking por los viñedos de Las Moradas de San Martín, también en plena sierra de Gredos. Un paseo autoguiado para disfrutar a tu aire a través de un camino entre parcelas en el que irás descubriendo píldoras informativas sobre el viñedo, el territorio y los vinos esta zona.

La actividad incluye:

• Mapa del recorrido con las indicaciones para disfrutar de la actividad.
• Visita a las instalaciones de bodega con el equipo de enoturismo.
• Cata de tres vinos.

Visita al viñedo en carriola

La Vinícola de Arganda es la única bodega de Europa a la que se puede llegar en Metro. Además, ofrece unas rutas únicas por sus viñedos y olivares para que la gente conozca la vida cotidiana del agricultor. Una actividad amena y divertida en la que los visitantes irán al campo en carriola para conocer in situ la viticultura y las distintas clases de uva (con posterior visita y cata en bodega).

Unas cuevas centenarias

Visita y aprendizaje por las cuevas centenarias de las Bodegas y viñedos Pedro García, todo maridado con buen vino.

Diseña tu propio vino

Licinia Wines (Bodegas Licinia y Bodegas Muss), dos de las bodegas referencia en la D.O. Vinos de Madrid, ofrecen una experiencia única: ¡elaborar tu propio vino! A partir de las recomendaciones y los consejos del enólogo de la bodega, el visitante podrá elaborar su propio vino siguiendo sus propios gustos.

Una divertida experiencia que también se puede disfrutar en la Bodega el Regajal y las Bodegas Pablo Morate.

Pisar la uva

En las Bodegas Peral podrás sentirte como un auténtico vitivinicultor con su actividad de pisada de uva, amenizada con música en directo de guitarra clásica.

Esta experiencia solo está disponible durante los fines de semana de vendimia en los meses de septiembre, octubre o noviembre.

Cata bajo las estrellas

En plena naturaleza y alejado de la contaminación lumínica de la ciudad. Observar el cielo nocturno de la sierra de Gredos es una experiencia mágica que hay que probar sí o sí. Y hacerlo acompañado de una cata de vinos solo puede mejorar el plan.

Esta actividad de Las Moradas de San Martín permite desconectar del estrés del día a día mientras se aprende a distinguir las diferentes constelaciones que iluminan la bóveda celeste.

La actividad incluye:

• Visita a pie de los viñedos.
• Interpretación del territorio y la tradición vitícola de San Martín de Valdeiglesias.
• Interpretación del cielo de la mano de Astroafición con telescopios.
• Aperitivo.
• Cata de 3 vinos.

Subzona Arganda

El sureste de la región es el territorio sobre el que se extiende la Subzona Arganda, la más extensa de las cuatro que posee la región madrileña: con 30 municipios y 37 bodegas adscritas a la D.O. Vinos de Madrid, aquí encontramos más de la mitad de la superficie del viñedo, con el que se elabora el 60% de la producción anual.

La Subzona Arganda es un rico enclave tanto histórico-artístico como natural, con la confluencia de los ríos Tajuña y Henares.

Subzona El Molar

La Subzona El Molar fue la última de las cuatro en unirse a la D.O. Vinos de Madrid. Las condiciones climatológicas, la altura y el terreno de granito y pizarra que caracterizan estas tierras confieren a la uva unas características especiales únicas.

No obstante ser la 'última' de las subzonas vitivinícolas madrileñas, nos encontramos ante el testimonio viviente de los antecedentes históricos de la actual denominación de origen.

Ya en la Edad Media Temprana se atestiguan los primeros signos de actividad vitivinícola en la zona, concentrados en las Cuevas del Vino de El Molar (las más antiguas, de origen árabe, datan de los siglos IX y X). La primera constancia escrita de existencia de viñedo en San Agustín de Guadalix es del siglo XIII y del resto de municipios del siglo XIV. Una realidad viticultora que ha resistido al paso de los años y que sigue más activa que nunca.

Subzona Navalcarnero

Con una superficie que abarca los 19 municipios del área central sur de la Comunidad de Madrid, la Subzona Navalcarnero es la menor en extensión de la D.O. Vinos de Madrid.

Acotada por el río Guadarrama y por el Perales, esta subzona alberga un rico patrimonio natural con el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama como protagonista, sin olvidar el gran valor ecológico de lugares como el Monte de Batres, bien conocido por los amantes de aves.

Subzona San Martín de Valdeiglesias

El extremo occidental de la región madrileña es la tierra de la Subzona San Martín de Valdeiglesias. Desde la ribera del río Alberche, acoge lugares de enorme valor arquitectónico, como el castillo de Coracera, la iglesia parroquial de San Martín de Tours y antiguas fuentes y abrevaderos.

Madrid ofrece mucho más que grandes vinos: su enoturismo invita a viajar entre paisajes, historias y emociones, descubriendo los secretos de cada bodega y la hospitalidad de sus gentes. Las experiencias singulares aquí vividas conectan tradición y creatividad, convirtiendo cada visita en una celebración de lo auténtico y lo sorprendente en el corazón de la región.