Julen Lopetegui vive con intensidad su apuesta al frente de la selección española. Cada partido es un mundo. Y afronta con determinación ya un puñado de decisiones tácticas en el breve espacio de tiempo que lleva al mando.
Ante Albania dispuso una defensa de tres al más puro estilo de la época de Johan Cruyff, con Busquets atento a los posibles desajustes por la zona central, que por cierto nunca existieron. Y puso a Monreal de titular recién llegado de viaje. Lopetegui se moja. Es atrevido. Joven, con hambre de títulos y con ganas de innovar.
NINGÚN RIVAL HUELE LA PELOTA
España juega siempre con las luces largas. Iniesta tiene un radar que le permite leer el juego, como en esas películas de ciencia ficción en las que los protagonistas se adelantan a la realidad antes de que se produzca un hecho concreto.
Lopetegui sabía lo que iba a suceder. Ningún rival huele la pelota cuando se enfrenta a España. Y nadie quiere hacer el ridículo. Por eso Albania se colgó de su portería. Tiró de la táctica del murciélago. Así lo definía el mítico Felines cuando describía a aquellos equipos ultradefensivos que se colgaban del larguero.
Julen Lopetegui no dudó en jugar con sólo tres defensas. Normal en la pizarra. Pero a veces complicado a la hora de ejecutar la idea. Con Sergio Ramos, Piqué y Monreal era suficiente. Con ese paso al frente, Lopetegui ganaba a Thiago en la creación y un pivote más para fabricar un último pase y tocar paredes con Koke, Silva y Vitolo.
ESTRATEGIA
España apela a todas las vertientes en jugadas de estrategia. Todos los córners se sacan en corto, con diferentes variantes buscando el servicio de Koke o Silva hacia las impetuosas entradas en el área de Piqué y Sergio Ramos.
Albania no pudo blindar todo. Al final siempre surge una vía de agua. Si ante Italia falló Buffon, este domingo no anduvo fino Berisha, quien propició la acción que enlazaron Silva y Diego Costa en el 0-1.
Nolito e Isco tuvieron su espacio, lo mismo que Iñigo Martínez tras la lesión de Sergio Ramos. Todos los jugadores que sumaron tres puntos de oro este domingo en busca de una plaza en el Mundial tienen su experiencia más o menos grande ya en la selección. Y en todos ellos un denominador común: su enorme compromiso con disfrutar del equipo nacional.
Todo el mundo quiere estar en esta selección. Cueste lo que cueste. Da igual viajes largos y desgaste físico. La ovación a Iniesta en Albania es el síntoma de la admiración que despierta esta selección en el mundo entero. Italia y España dirimen un hermoso duelo por la primera plaza. No se puede perder un solo punto y en teoría todo quedaría para el España-Italia de vuelta. De momento, España hizo sus deberes en la doble salida.