Un jeque sirio llamado Abd Al Rahman Saad, desconocido pero supuestamente millonario, recorrió durante todo el día de ayer las instalaciones de Estudiantes, en el polideportivo Magariños de la calle Serrano, para conocer in situ la sede, los empleados y el despacho desde el que iba a dirigir al conocido equipo madrileño, porque era su nuevo comprador. De hecho, el supuesto jeque llegó anoche a Leganés en un lujoso coche negro para ver a su equipo enfrentarse al Real Madrid en la final del trofeo de la Comunidad de Madrid de baloncesto. Vio el partido y saludó a la afición estudiantil, la conocida demencia, que apoyó durante todo el encuentro a sus jugadores, al final derrotados por el mejor juego de los madridistas.
Sin embargo, la historia del jeque es completamente fruto de la imaginación de quienes dirigen la nueva campaña de captación de abonados del Estu. La idea que se quiere vender es que para que el club siga siendo de todos, para que continúe siendo el equipo de la cantera que nació en el patio de un colegio, el Ramiro de Maeztu. hay que abonarse, hay que sentirse y de hecho ser el dueño entre muchos miles más de la entidad. No a la venta, ese es el lema de la afición. Los dirigentes del club lo intentan con imaginación, con una curiosa campaña en la que el propio jeque desvela que es un actor marroquí, socio 9.000 del Estudiantes, el equipo de todos.