La sociedad formada por Kobe Bryant y Dwight Howard funcionó a las mil maravillas y Los Ángeles Lakers tumbaron a los Milwaukee Bucks (104-88) en la victoria número 400 de Mike D'Antoni en su carrera profesional, todo ello a pesar de la baja por quinto partido seguido de Pau Gasol por una conmoción cerebral. Bryant -que lleva 22 partidos seguidos anotando al menos 20 puntos- firmó 31 tantos (12/19 en tiros) y 6 asistencias, mientras que Howard registró una monstruosa actuación con 31 puntos y 16 rebotes. Monta Ellis fue el mejor de los suyos con 17 tantos, en tanto que Brandon Jennings, bien defendido por Bryant, se quedó en 12 puntos (4/14 en tiros). Los Bucks aún no han ganado a un equipo del Oeste a domicilio esta temporada.
Dos asistencias de Bryant para Howard (la segunda culminada con un potente alley-oop) y sendos triples de Metta World Peace sirvieron un perfecto arranque para los locales (14-4) al que trató de poner remedio Larry Sanders con su actividad en la pintura y Monta Ellis con su acierto desde el perímetro. La circulación de balón funcionaba a las mil maravillas en los esquemas ofensivos de D'Antoni (acabaron el primer cuarto con 10 asistencias, al descanso con 21), pero en cuanto los titulares se fueron al banquillo la renta se evaporó y los Bucks empataron el choque al comienzo del segundo periodo (29-29) tras haber ido perdiendo de 12 (23-11).
Los Lakers entraron en uno de esos baches de juego tan preocupantes y vieron cómo los de Jim Boylan comenzaron a dominar el duelo (41-44) gracias a su superioridad en el rebote, pero ese toque de atención sirvió para espolear a los californianos, especialmente a la pareja formada por Steve Nash y Howard. Los triples de Antawn Jamison y la inspirada elección de tiro de Bryant dieron a los angelinos siete de ventaja al descanso (57-50).
La inmensa diferencia existente entre los titulares y los reservas de los Lakers volvió a ser palpable en la segunda mitad, pero al menos los locales se aseguraron otro buen colchón (67-56) para hacer frente a los nubarrones posteriores, que llegaron principalmente con la velocidad de Ellis y Jennings (69-67). Un triple de Chris Duhon y dos mates seguidos de Howard allanaron el camino (88-75) ya en el último cuarto con Gasol en el banquillo, vestido de traje, para animar a sus compañeros en la recta final. El monólogo de Howard en esos instantes fue excelso y a los Bucks sólo les quedó asistir inoperantes a tal demostración de talento. Dominador del rebote, intenso en defensa y perfecto en la ejecución, el pívot atrajo a la defensa y provocó que Bryant, muy abierto, aprovechara varias oportunidades para matar el partido (100-80).