Queralt Castellet ganó la semana pasada en la Copa del Mundo de Aspen de snowboard halfpipe, a menos de un mes de que arranquen los Juegos de Pyeongchang, que supondrán su cuarta cita olímpica. “Haberme ganado un puesto entre las mejores riders del mundo es mi mayor logro. Estoy muy orgullosa de pertenecer a un grupo de chicas que estamos empujando este deporte para llevarlo a otro nivel”, cuenta en el documental Ride to the Roots.
En 2015, Jolly falleció. Le diagnosticaron tres tumores cerebrales. “No era fácil, su salud fue empeorando e iba a peor. Él necesitaba quedarse en Nueva Zelanda y cuidarse de sí mismo. Yo pasaba el máximo de horas que podía en la montaña disfrutando, para que cuando llegase a casa le pudiera contar por teléfono por la noche todo lo que estaba haciendo. Le decía mis trucos”, relata Queralt, que confiaba en que se podía “poner bien”.
“Me llaman, que Ben se ha quitado la vida. Ahí se para todo, el snowboard incluido. En ese momento no entendía que estaba pasando. Éramos pareja, pasó a ser mi entrenador, mi compañero de vida… Convivíamos juntos 24 horas al día”.