Un regreso 'puro Diego Costa'

  • Gol, suspense y agresividad en su vuelta: "No puedo pedir más en este redebut con el Atlético"
Diego Costa ante el Lleida
Diego Costa ante el Lleida |Telemadrid

El delantero hispanobrasileño Diego Costa culminó ayer su ansiado regreso al Atlético de Madrid tres años y medio después de su salida al Chelsea inglés, con media hora de juego ante el Lleida (0-4) y una jugada en la que, de forma simultánea, marcó un gol y recibió un fuerte golpe en la pierna derecha.

Diego Costa está, por fin, de vuelta como rojiblanco en un terreno de juego. Lo esperaban los atléticos desde que el martes el entrenador argentino Diego Pablo Simeone confirmó en rueda de prensa que estaba "habilitado" para jugar y que iría convocado a Lérida. Por los ensayos del Cholo',se sabía que no iba a ser titular.

TRES AÑOS Y MEDIO DESPUÉS

Con un Atlético controlador en la primera mitad pese al gran despliegue ofensivo inicial del Lleida, frenado por los goles rojiblancos del uruguayo Diego Godín y de Fernando Torres; la grada del Camp d'Esports, las cámaras y los flashes de los fotógrafos comenzaron a apuntar hacia la banda cuando, pasado el descanso, saltó el hispanobrasileño a calentar, junto al canario Víctor Machín 'Vitolo' y el francés Antoine Griezmann.

Vitolo, la otra gran incorporación invernal del Atlético, tuvo su debut primero, en torno al minuto 59. Cinco minutos después fue el momento de Costa, que salió al mismo tiempo que Griezmann, en lugar del argentino Ángel Correa y Fernando Torres.

Simeone ponía sobre el tapete a la pareja deseada por el club, esa que "tanto había costado juntar", en palabras del consejero delegado del Atlético de Miguel Ángel Gil. Y con ellos sobre el césped estaba otro punta, el galo Kevin Gameiro, y el propio Vitolo. Artillería en cantidad y calidad.

'MOMENTO COSTA'

No pasaron ni cinco minutos cuando llegó el momento Costa: un balón que recibió Gameiro en el vértice derecho del área rival, cedió para la carrera de Juanfran Torres por su derecha, y el centro raso atrás del alicantino fue conectado por Diego Costa desde el suelo con la bota derecha, hacia el palo contrario del meta local, Dani Oliveros.

Una alegría inmensa se apoderó del delantero, que corrió hacia la esquina derecha del campo señalando con los índices hacia el cielo, se tiró de rodillas al césped y se santiguó varias veces cuando era felicitado por sus compañeros. El regreso del goleador.

Puro Diego Costa, que se lanzó a festejar obviando la marca de los tacos que el defensor del Lleida Marc Trilles había dejado en su pierna derecha, bajo la rodilla, en esa misma jugada. Una vez festejado, entonces sí, el de Lagarto (Brasil) se lanzó al suelo para ser atendido por los doctores rojiblancos.

SUSTO

Momentos de estupor para la hinchada del Atlético, que pasaba de la ilusión del debut y la euforia del gol, a la incertidumbre por qué le pasaría a su estrella recién recuperada. Alguno incluso pudo recordar aquella escena en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe en abril de 2014, cuando Costa marcó el 0-2 del partido y tuvo que ser retirado en camilla al golpearse la tibia con el poste al rematar.

Nada que ver con lo de entonces, ya que el punta hispanobrasileño fue atendido, se levantó, y volvió al juego. Algún desmarque y alguna carrera confirmaron que el golpe no era para tanto.

Y el partido permitió ver más cosas: la primera, una incipiente sociedad entre Vitolo, Griezmann y Costa, con una jugada iniciada por el canario en combinación con el francés y en busca del desmarque del hispanobrasileño. Simeone, y con él todos los atléticos, se frotan las manos ante lo que puede deparar el futuro.

GOL, SUSPENSE Y ARESIVIDAD

Por supuesto, un debut puro Costa incluye todas las facetas del delantero de Lagarto: el gol, el suspense, y también la agresividad. Y en apenas media hora también le dio tiempo a tener algún rifirrafe con el central rival Eneko Satrústegui por una carga que el delantero consideró excesiva.

Cumplió con todo Diego Costa, que estaba ansioso por volver a disputar un partido, algo que no era un secreto para nadie. El mismo delantero manifestó en el acto de bienvenida del día 31 de diciembre en el Wanda Metropolitano que estaba "harto de entrenar" y que quería "jugar ya".

Razón no le faltaba al 18 rojiblanco, que ha vivido casi siete meses sin poder disputar un partido de competición, desde un duelo con la selección española en Macedonia, debido a su tortuosa salida del Chelsea inglés y la sanción de la FIFA sobre el Atlético, que impedía su inscripción hasta el 1 de enero de este año.

PACIENCIA

Durante este tiempo, el goleador ha hecho un acopio de paciencia, presión sobre el Chelsea para propiciar su regreso al Atlético -el entrenador italiano del club londinense, Antonio Conte, dijo que no contaba con él- y, ya llegado al Atlético, constancia para recuperar el estado de forma óptimo.

En los tres meses largos en los que se ha ejercitado con los preparadores rojiblancos, en especial con el uruguayo Óscar Ortega que se ha dedicado casi en exclusiva a trabajar con él, Costa ha permanecido centrado pese a estar fuera de los terrenos de juego, y cuando fue incorporado a los entrenamientos del grupo, en cada partidillo se percibía su competitividad.

Diego Costa está, por fin, de vuelta. Su regreso en su más puro estilo, con gol y posible lesión -este jueves el club decidirá si debe pasar pruebas por el golpe- llenó de optimismo a los aficionados rojiblancos, que se las prometen felices con él, Griezmann y Vitolo en su ataque.