No se hablaba de otra cosa en el Bernabéu, testigo de un triunfo discreto del Madrid ante el Celta. El gesto de Ángel di María, que se llevó la mano derecha a sus genitales cuando fue sustituido por Gareth Bale en medio de los silbidos de la grada, desató una polémica de imprevisibles consecuencias para El Fideo.