1-1. Un buen Leganés no puede con la Ponferradina

El Leganés y la Ponferradina firmaron tablas (1-1) en un duelo en el que el equipo madrileño dio más síntomas de mejoría y el visitante, de conjunto rocoso aspirante a todo.

Salió con ganas de marcar territorio la Ponferradina, mostrándose más sólida ante un cuadro leganense que fue adquiriendo poso con el transcurrir de los minutos impulsado por el descaro de Naim.

El canterano, que recientemente renovó hasta 2027, formó parte del once inicial. Y no quiso desaprovechar la oportunidad, siendo el más incisivo en ataque con un golpeo desde el centro del campo que desvió con apuros el arquero y un remate forzado que no consiguió colocar entre los tres palos.

Sin embargo, un pecado de juventud en el área opuesta le costó el gol a los suyos. La acción se inició en un saque de banda y el extremo se quedó descolgado de la línea para anular el fuera de juego. Enrich capturó así un pase el profundidad y lo transformó en otro de la muerte para que Yuri solo tuviera que empujar el balón a la red.

Le tocaba al anfitrión buscar el empate tras el descanso y, por suerte para él, llegó pronto. Lo forjaron entre los laterales, Palencia haciendo las veces de centrador y Quintillà rematando de volea en el costado zurdo.

La tranquilidad del marcador igualado le sentó bien a los madrileños, que desde ese momento dieron un paso al frente en busca de la victoria. No les bastó para doblegar a su rival. De hecho, pudieron perder si la Ponferradina hubiera encontrado la forma de resolver con acierto un barullo en el área durante los instantes finales que puso en un puño el corazón de los seguidores locales.