La autocrítica de Simeone

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El entrenador del Atlético de Madrid, el argentino Diego Simeone, sorprendió tras la victoria contra el Rostov ruso (2-1) con unas declaraciones en las que confesó irse "jodido" por haber tomado "malas decisiones" durante un encuentro que, según dijo, resolvieron sus jugadores.

"El entrenador, que soy yo, hizo malas decisiones, un mal partido, y los jugadores resolvieron un encuentro que se pudo haber complicado al final", reflexionó Simeone tras el encuentro, una victoria que definió el francés Antoine Griezmann con su segundo gol en el minuto 93, cuando el partido parecía abocado al empate.

NO ACLARA SUS ERRORES

Simeone lanzó la autocrítica sin haber recibido una pregunta al respecto y reiteró en la siguiente respuesta su desagrado por las decisiones técnicas que había tomado durante el encuentro. "En cuanto a las decisiones ha sido mal partido. He tomado malas decisiones en distintos momentos del encuentro y me voy sinceramente jodido", agregó el entrenador argentino, que recalcó el adjetivo en otra ocasión.

Sin embargo, el técnico no quiso aclarar exactamente a qué decisión en concreto se refería. "No me voy a abrir tanto, les cuento que no he tomado buenas decisiones, queda para mí masticarlas durante la noche", respondió cuando fue preguntado al respecto.

El esquema que presentó el entrenador del Atlético en el partido contra el Rostov solo ofreció tres novedades con respecto a la alineación del partido liguero: el lateral croata Sime Vrsaljko, el centrocampista Koke Resurrección y el delantero Fernando Torres en lugar de Juanfran Torres, el argentino Nico Gaitán y el francés Kevin Gameiro.

LOS CAMBIOS DE POSICIONES

De ellos, Vrsaljko debutaba en Liga de Campeones como rojiblanco y daba descanso a Juanfran; Koke volvía tras sanción, pero lo hacía como interior derecho en lugar de como pivote en el centro del campo, y Torres ya había ejercido en esa posición en Rostov, en un partido que decidió el belga Yannick Carrasco.

El partido del croata, pese a llevar sin jugar desde el 17 de septiembre (en la goleada por 5-0 ante el Sporting de Gijón) fue bastante positivo, ya que aportó peligro, centros e incluso tuvo una ocasión al final, con un disparo que se marchó fuera.

Koke comenzó el encuentro en una posición, la de interior derecho, que parecía haber abandonado definitivamente esta temporada, mientras que Saúl Ñíguez inició el encuentro en el centro con Gabi Fernández.

El vallecano cambió su posición con su compañero a partir del minuto 30, después del tanto de Griezmann y justo cuando se produce el despiste defensivo en la jugada del gol del iraní Azmoun. Desde entonces, no se movió del eje del mediocampo, más aún cuando Saúl fue sustituido en el minuto 56 por el francés Kevin Gameiro.

LA TITULARIDAD DE TORRES

Torres disputó el partido completo, como referencia solitaria primero y junto a Gameiro después. Según explicó Koke tras el encuentro, la idea inicial del equipo era utilizarle como referencia para enviarle balones largos y buscar segundas jugadas.

"La idea primero era jugar en balón largo a Fernando, que la aguantara y luego entre los medios llegar a apoyarle", porque esperaban un rival muy cerrado en defensa. "Ha salido bien porque los dos goles han sido así", añadió, respecto a los tantos de Griezmann, ambos surgidos de centros frontales.

No obstante, en su autocrítica el técnico porteño se refirió a "malas decisiones en distintos momentos del encuentro", es decir, no tanto en el planteamiento inicial sino en el desarrollo. Simeone sostiene que el entrenador tiene un momento concreto de los partidos en el que "juega", en el que su papel es el más importante. Este momento clave del técnico transcurre entre el minuto 5 y el 25 del segundo tiempo, del 50 al 70 del partido completo.

"El entrenador tiene un pasaje tremendo dentro de un partido, y va del minuto 5 al 25 del segundo tiempo. En ese lapso es en el que juega él. ¿Por qué? Porque es ahí donde se decide el partido. Ahí es donde para mí el entrenador demuestra si es bueno o malo, si sabe leer el juego o no", asegura el técnico argentino en el decimosegundo capítulo de su libro autobiográfico Creer.

FIEL A SÍ MISMO

Simeone suele ser fiel a sí mismo en ese aspecto, y de ahí que no sea extraño ver que la mayoría de sustituciones del Atlético se produzcan en ese tramo de los encuentros. Ante el Rostov apostó primero por Gameiro en el 56, con lo que retiró a Saúl y fijó a Gabi y Koke en el mediocampo, y pasó a atacar con Torres y el francés en punta, con Griezmann y Carrasco en las bandas. En el 78 intentó aportar más mordiente con Correa por el belga.

Ninguna de las dos permutas le permitió mejorar en cuanto a ocasiones claras y el gol no llegó hasta un error del Rostov en un centro frontal de Koke, que cabeceó mal el ruso Aleksandr Gatskan y aprovechó Griezmann, habilitado por el mal despeje del mediocentro del Rostov. Hasta ese minuto 93 el Atlético había disparado en 33 ocasiones, de las cuales ocho fueron a puerta.

El brasileño Filipe Luis quiso quitar hierro a la autocrítica de su técnico recordando que es el "principal referente" de este Atlético que encadenó su cuarta clasificación consecutiva a los octavos de final de la Liga de Campeones, todas con el argentino en la dirección.

"El míster es nuestro principal referente, es el que marca las pautas y nos había avisado de todo lo que iba a ocurrir en el partido. No lo hemos visto equivocarse, yo vi que lo hizo todo bien. Ya nos dirá que pasó, obviamente tenemos cosas que mejorar, pero vamos por el buen camino", explicó Filipe.

El brasileño sabrá, junto al resto de sus compañeros, cuál era el motivo exacto de la autocrítica de Simeone, que pese a todo salió del Calderón con el pase a octavos y podría asegurar el primer puesto del grupo D con un empate en Múnich ante el Bayern.