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El "atrevimiento" de Mourinho no acaba con un Guardiola triunfal
- Ni siquiera el gol de ventaja fue capaz de alentar el panorama del Real Madrid en el clásico
El "atrevimiento" con el que el portugués Jose Mourinho, al margen del guión que hizo suyo el curso pasado, no fructificó las expectativas de su equipo en el clásico, del que volvió a salir reforzado el Barcelona y su técnico, Pep Guardiola.
Ni a pesar de contar con un gol de ventaja, envuelto en un error de Víctor Valdés en la primera jugada, fue capaz de alentar el panorama del Real Madrid en los partidos de peso que entabla contra su máximo adversario. Una situación que se le enquista a Mourinho, que optó por dejar al margen el conservardurismo que manejó el curso anterior.
Mourinho decidió salir con todo. Mantener la apuesta que le ha hecho intratable en lo que va de ejercicio. Especialmente en el Bernabeu. El 4-3-3 con el que amenazó Aitor Karanka en la previa fue ficticio.
Esa amenaza hizo especular con la suplencia del alemán Mesut Ozil, al final en el once inicial. Demostró su debilidad por el francés Lass Diarra, al que adentró en el centro del campo en lugar de Sami Khedira y por su compatriota Fabio Coentrao, al que, a pesar de su condición de zurdo, situó como lateral derecho, en detrimento de Álvaro Arbeloa, acomodado entre los suplentes.
No engañó a nadie con la puesta en escena del francés Karim Benzema como nueve. Gonzalo Higuaín quedó en la reserva.
ASÍ JUGÓ EL REAL MADRID
Así jugó el Real Madrid el clásico ante el Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu (1-3).
Casillas (6): comenzó haciendo una de sus paradas salvadoras a Messi pero acabó con la impotencia que finaliza los clásicos en las últimas temporadas (salvo en Copa del Rey). Encajó tres goles en los que no pudo hacer nada. Abroncó a sus compañeros cuando su equipo se partió y los cuatro futbolistas de ataque dejaron de defender.
Coentrao (3): suspendió ubicado en el lateral derecho, a pie cambiado. Sufrió en el marcaje a Alexis. No tiró el fuera de juego en el primer gol del Barça. Se despistó en el marcaje a Cesc en el tercero. Acabó tirando de agresividad para intentar tapar sus carencias. Tuvo que ser expulsado por una entrada dura a Iniesta.
Sergio Ramos (5): su fortaleza en el centro de la defensa no estuvo acompañada en esta ocasión por una buena salida de balón. Un resbalón suyo casi cuesta el primero si no es por Casillas. Estuvo muy impreciso con el balón y abusó del juego en largo. Sobrexcitado aunque salvador al corte por su velocidad.
Pepe (4): nervioso todo el partido estuvo siempre al límite de la agresividad permitida. Midió mal en varias ocasiones y estuvo en todas las discusiones, quejándose siempre por las decisiones arbitrales. Jugó acelerado.
Marcelo (5): el planteamiento ofensivo de Mourinho provocó que Marcelo no asomase en ataque. Perdió el Real Madrid un factor sorpresa. Defensivamente saltaron chispas en su marcaje a Dani Álves. No paró de luchar.
Lass (7): hizo una labor imprescindible ante un rival tan fuerte en el centro del campo. Pieza clave en la destrucción, realizó coberturas a todos sus compañeros. Luchó de forma incansable y hasta se animó a intentar un disparo lejano, que mandó a la grada. Condicionado por una amarilla recibida en el minuto 61, dejó su puesto a Khedira dos minutos después.
Xabi Alonso (5): sufrió en la construcción de juego del Real Madrid. Siempre presionado por rivales que tuvieron superioridad en su zona. Vio una amarilla por una entrada a Messi que condicionó el tanto del empate, cuando no pudo entrar para frenar la carrera del argentino.
Özil (4): el día en el que Mourinho decidió volver jugar de tú a tú al Barça, Özil debía asumir un papel en el ataque que no cumplió. Su calidad la dejó tan sólo en un par de acciones de transición, pero no encontró las vías de pase para conectar con los delanteros y estuvo desaparecido, víctima de un desgaste excesivo en la presión.
Di María (7): fue el mejor del Real Madrid mientras le duraron las fuerzas. Incansable para torpedear la salida de balón del Barça y desequilibrando en sus continuas carreras. Le faltó acertar en los pases y rematar a puerta pero estuvo a la altura de la grandeza del partido.
Cristiano Ronaldo (3): la ansiedad que sufre en partidos grandes le marcó. Tuvo dos clarísimas ocasiones que finalizó. Una con la pierna derecha cuando tenía solo a Di María. Otra con un plácido cabezazo a pase medido de Xabi. Recibió un golpe de Piqué que le hizo jugar mermado. No cedió ni una falta a Xabi Alonso y todos sus disparos fueron malos. Desapareció cuando el Real Madrid le necesitó.
Benzema (6): marcó el gol más rápido de la historia de los clásicos. A los 22 segundos el primer balón que tocó lo envió a la red tras un fallo de Víctor Valdés. No se cansó de lanzar desmarques. Se desgastó en el inicio de la presión. Y busco puerta cuando tuvo opción.
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Kaka (6): saltó al campo para corregir los errores de Özil y se mostró en ataque. Pudo marcar si no es por Víctor Valdés que reaccionó a un zurdazo. Dio movilidad al equipo cuando ya era tarde para aspirar a una remontada.
Khedira (5): sustituyó a Lass para sufrir los mismos problemas en el medio centro. Luchó para intentar destruir el juego de un Barça que ya estaba lanzado
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Higuaín (-): jugó los 23 minutos finales cuando el Real Madrid perdía ya 1-3 y apenas entró en juego. No disfrutó de una sola ocasión para mostrar su pegada.
Empezó fuerte el Madrid. Con una presión intensa que le propinó con el gol inicial y meter, al principio, en algunas dudas a los azulgrana. La intensidad se diluyó con el paso del tiempo. Entre el gasto y el orden azulgrana.
Guardiola fue fiel a su estilo. Renunció a la defensa de tres. Un riesgo excesivo en el Bernabeu. Pero tiró de él enseguida. Al minuto dos. En cuanto el Real Madrid se puso por delante en el marcador. Entonces adelantó a Dani Alves, convertido en un centrocampista más, y dejó a Puyol, Piqué y Abidal.
La sorpresa fue la suplencia de David Villa. Una declaración de intenciones respecto al asturiano. Al margen del protagonismo en el primer gran partido del curso. Guardiola volvió a apostar por el chileno Alexis Sánchez. En racha el sudamericano, que amplió en el recinto madridista.
Todo la inversión económica azulgrana estuvo puesto en el césped blanco. Cesc Fábregas y Alexis. Toda la apuesta. Pep Guardiola, que sumó su tercera victoria en el estadio Santiago Bernabeu en Liga, de cuatro visitas, reubicó la zaga en cuanto se puso por delante.
No le hizo falta mover excesivas fichas. Atrasó a Sergio Busquets y Puyol quedó como un lateral nato.
El sistema se le atasca al Real Madrid como condiciona al resto de equipos, incapaces de hacer frente a la puesta en escena azulgrana. El conjunto blanco acaba desquiciado ante su adversario. Por detrás del balón. Impotente al sometimiento barcelonista. La escasa renta que araña es sólo fruto del tesón.
Guardiola amplió su hegemonía en el Bernabeu, donde no conoce la derrota. Mourinho acentúa su resignación ante su colega, al que sólo ha superado en dos encuentros, uno con el Real Madrid, en la final de Copa. La otra, más lejana, fue en la semifinal de la Liga de Campeones con el Inter. Eran tiempos mejores para el portugués, que sigue sin dar con la tecla. E