Simeone | EFE
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De repente, en su análisis de la situación en la que queda el Atlético de Madrid hasta final de la temporada tras su derrota en los cuartos de final de la Copa del Rey contra el Real Madrid, Diego Simeone reabrió la duda de su futuro, cuando emplazó a final de temporada a mirar "todo" lo que les "conviene a todos", después de 20 partidos que marcarán qué sucede con el técnico, con el pase a la Liga de Campeones como factor aparentemente clave.

Toda la segunda vuelta y un partido, el del próximo domingo contra Osasuna en el estadio de El Sadar, porque la campaña actual del equipo ya se reduce a la clasificación obligada para la próxima edición de la Liga de Campeones; una constante lograda por el técnico argentino a lo largo de cada una de sus diez campañas enteras precedentes al frente del conjunto rojiblanco, en el que ha multiplicado el presupuesto del Atlético: por ejemplo, un 297 por ciento de 2011-12 hasta la pandemia. De los 129,8 millones de 2011-12 a los 515 antes de la covid.

"Quedamos fuera de la Liga de Campeones, quedamos fuera de la Copa del Rey, nos queda la segunda vuelta casi entera para llegar al objetivo que el club necesita y después, con tranquilidad, miraremos todo lo que nos conviene a todos", pronunció en la rueda de prensa posterior al encuentro en el estadio Santiago Bernabéu, en contraste con otras eliminaciones más recientes, la sonada esta misma campaña en la Liga de Campeones.

"Soy cabeza dura, muy cabeza dura y voy a seguir insistiendo, hasta que tenga la posibilidad en este club, entrando primero en la Champions y buscando encontrarme con algo que nos falta", decía, comparativamente, el pasado 27 de octubre, cuando su equipo quedó descarrilado de la Liga de Campeones con un 2-2 en el Metropolitano ante el Bayer Leverkusen, con aquel penalti fallado con el tiempo cumplido por Yannick Carrasco.

La afirmación en la rueda de prensa de este jueves dejó una incógnita en el aire que forzó una nueva cuestión. "No hace falta más aclarar lo que he aclarado. Quedamos fuera de la Champions, fuera de la Copa del Rey, el equipo tiene toda una segunda vuelta por delante, tengo una alegría enorme por estar en el Atlético de Madrid y desde el día que llegué hasta el día que me vaya me voy a dejar todo como siempre lo hice, entregándome al mil por mil con el equipo y con el club", insistió cuando fue preguntado otra vez sobre ese asunto.

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Once años y medio después de su llegada al Atlético, en diciembre de 2011, el entrenador más ganador de la historia del conjunto rojiblanco, ya no tan indiscutible como en el pasado en el club y en diversos sectores de la afición, tiene contrato hasta el 30 de junio de 2024 y su intención es continuar al frente del equipo el próximo ejercicio. El club insiste en que es su entrenador, transmite su apoyo y lo ve como su técnico para la próxima campaña.

Pero también hay variables. Una es la clasificación para la Liga de Campeones, el objetivo mínimo planteado, que se presupone decisiva cuando ambas partes aborden todo lo referente al siguiente curso. Otra es el desgaste que sufre el proyecto, propio de todo el largo recorrido juntos del entrenador y el club, tras una temporada que, sea cuál sea el desenlace, está por debajo de las expectativas tanto en LaLiga como en la Liga de Campeones.

La Copa del Rey es otra historia. La competitividad del Atlético en este torneo está fuera de toda duda, pese a la eliminación en los cuartos de final contra el Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu en la prórroga, después de mandar en el marcador durante una hora, del minuto 20 al 80, cuando Rodrygo igualó el duelo y lo envío al tiempo extra, cuando perdió el conjunto rojiblanco en inferioridad numérica, con diez hombres, por la expulsión de Stefan Savic, con los tantos finales de Karim Benzema y Vinicius para el 3-1 definitivo.

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La indignación en el Atlético enfoca al árbitro César Soto Grado, cuya dirección de partido disgustó al equipo rojiblanco, sobre todo por la posible segunda amarilla que no vio Daniel Ceballos por una falta sobre Thomas Lemar al borde del área, cuando golpeó, aparentemente sin verlo, con su pie la rodilla del futbolista francés, que había controlado el balón por el pecho y se disponía a continuar la acción ofensiva.

"En el minuto 70, la falta de Ceballos en la puerta del área, que a nadie le importa, no recibe la segunda amarilla, pero nos habríamos quedado con uno más y ellos con uno menos, con resultado a favor nuestro y haciendo un buen partido. Pero no sucedió.

Luego viene la expulsión de Savic, nos quedamos con uno menos... (...) A nadie le importa lo que no pasó. Siempre hablamos de algo que nos pasó. Ceballos pudo ver amarilla, no la vio. Savic pudo ver amarilla, sí la vio", expresó Simeone en rueda de prensa tras el final del encuentro.

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La clasificación de la Liga de Campeones es el único objetivo que queda vivo en este ejercicio para el Atlético, al que le quedan 20 jornadas para sostener su cuarta posición o ir más allá, con la dificultad que eso supone teniendo en cuenta la distancia que lo separa de la Real Sociedad, tercera siete puntos por encima; del Real Madrid, segundo diez puntos por delante, y el Barcelona, líder con 13 puntos de renta. Quedan 60 puntos en disputa. Hasta ahora, ha logrado 31 de 54, un 57%.

El Atlético es cuarto, dentro de la pugna actual por esa posición, con el Villarreal, quinto, con los mismos números que el conjunto rojiblanco; con el Betis, con 28 puntos, pero un encuentro menos, aunque debe jugarlo contra el líder, el Barcelona, la semana que viene.

Los mismos registros tiene Osasuna (28) y dos menos suman tanto el Rayo Vallecano como el Athletic Club, con 26. El Mallorca, décimo, tiene 25. Ese es el presente del equipo de Diego Simeone, cuya mejoría, en cualquier caso, es visible desde el parón del Mundial de Catar 2022.

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Las victorias contra el Elche y el Valladolid, en LaLiga Santander; los buenos partidos contra el Barcelona, cuando le faltó pegada, y el Real Madrid, al que superó sin matices en la primera parte; la apuesta por un aspecto más ofensivo, con los tres atacantes en las alineaciones del técnico, contribuyen a esa reacción del equipo, que jamás en la era Simeone se ha bajado de las cuatro primera plazas en cada una de las diez campañas que el técnico dirigió al equipo durante todo el curso entero.

Ya son 607 partidos al frente del Atlético de Madrid, a tan sólo cinco de alcanzar a Luis Aragonés como el técnico con más partidos dirigidos de los casi ya 120 años de historia de la entidad rojiblanca, con 355 victorias, 141 empates, 111 derrotas, 995 goles a favor, 475 en contra, 8 títulos (el más reciente una Liga hace año y medio) y un futuro por definir en los próximos 20 partidos, el primero este mismo domingo ante Osasuna en El Sadar, donde el técnico tiene la seria duda de Marcos Llorente, por una lesión muscular de bajo grado.