Después de la inesperada desaparición del Euskaltel, que a punto estuvo de significar su retirada definitiva del ciclismo profesional, el asturiano Samuel Sánchez (Oviedo, 1978) vive una segunda juventud en el BMC suizo, un equipo que define como "muy profesionalizado" y en el que asegura sentirse "como en casa".
Sánchez, que se encuentra disputando la Volta a Catalunya, reconoce en una entrevista a Efe que lo que ha pasado con el histórico equipo vasco es un "reflejo de lo que está sucediendo en la sociedad española", y alerta del peligro que corre el ciclismo español cuando se retiren los corredores de su generación de oro.
SIN EQUIPOS REFERENTES, NO HAY FUTURO
"Si no hay equipos referentes, los niños no querrán ser ciclistas. Cuando era niño, yo quería correr en el Cajastur, que era el equipo de mi zona. Quería ser como Tommy Romminger, como Miguel Indurain, como Perico'Delgado. Tenías esos referentes", asevera.
Por ello, lamenta que en España solo exista un equipo con licencia UCI World Tour: "El Movistar es el único equipo que se está manteniendo y así los corredores que suben no tienen ese referente para ir a uno u otro equipo".
Oro olímpico en la prueba de fondo de Pekín 2008, Sánchez vivió en primera persona el ocaso del Euskaltel, en el que militó durante trece años. Según explica, la desaparición del equipo vasco fue una "montaña rusa" en la que se encadenaron "demasiados cambios emocionales" en pocas semanas.
"Los nuevos gestores que entraban en la empresa decidieron que el equipo no tenía que continuar, y eso es un claro reflejo de lo que ocurre en la sociedad española", opina el ovetense, quien lamenta que, en el deporte español, los recursos los acaparen dos equipos de fútbol (Madrid y Barcelona).
"UN INVIERNO ANGUSTIOSO"
Así, relata que el pasado invierno fue "angustioso" porque, ante la falta de ofertas, se planteó incluso abandonar definitivamente el ciclismo profesional. "Yo ahora mismo corro en bicicleta para disfrutar, para aportar mi experiencia a los más jóvenes. No quería irme de mi deporte de esta manera", subraya.
Afortunadamente, su representante movió todos los hilos para encontrar un contrato y, en éstas, el BMC suizo se interesó para que se convirtiera en el escudero de lujo del australiano Cadel Evans. Sánchez no dudó ni un segundo en dar el sí quiero en el que, según dice, es uno de los equipos con "más recursos" del pelotón profesional.
"Un ciclista de mi nivel, de mi categoría, de mi palmarés, de mi estatus en el pelotón, creo que mi carrera deportiva la tenía que acabar en un gran equipo, en uno de los mejores del mundo, si no el mejor", resalta.
En este sentido, apunta que en la escuadra suiza a los ciclistas no les falta "absolutamente nada". Por ejemplo, en una ronda como la Volta a Catalunya, viajan cuatro masajistas, un osteópata, un jefe de prensa -"que te filtra todo, que hace que tú te relajes", enfatiza- y hasta un cocinero: "Tienes todos esos detalles que hacen que el rendimiento se optimice en este ciclismo moderno 2.0, como dicen".
Deportivamente, su papel no es otro que "ayudar a Cadel (Evans) a ganar el Giro, coger responsabilidad y enseñar a los jóvenes ciclistas" del futuro.
Sobre su relación con el ciclista australiano, Samuel Sánchez destaca que "ha hecho todo lo posible para que me encontrase como en casa" y, por ello, se muestra optimista en "hacer cosas importantes" con vistas a esta temporada que cree será "apasionante" para el aficionado al ciclismo.
"El ciclismo globalmente vuelve a estar a un nivel muy alto", valora Samuel Sánchez quien, aparte del presumible duelo en el Tour de Francia entre Chris Froome (Sky) y Alberto Contador (Saxo-Tikoff), señala al colombiano Nairo Quintana (Movistar) y a Joaquim 'Purito' Rodríguez (Katusha) como otros nombres a tener en cuenta.