El Real Madrid buscará ante el Fenerbahce, el equipo del entrenador serbio Zeljko Obradovic (míster Euroliga con ocho títulos en su haber), una victoria de prestigio que, además, le permitiría seguir aspirando al primer puesto de la competición de cara a los cruces de cuartos de final.
El Madrid ya tiene asegurado uno de los dos primeros puestos en la fase regular de la máxima competición europea, pero es casi imposible levantar la vista más allá de esta circunstancia porque hasta cuatro equipos pueden ser octavos, Estrella Roja y Darussafaka, los más probables, o incluso Baskonia y Anadolu Efes.
LASO: "JUGAMOS EN EL PALACIO, DONDE SOMOS SÓLIDOS"
Intentar seguir con la progresión y vislumbrar un posible rival en la Final a cuatro de Estambul, si se pasan los cuartos de final, es ya homérico. El Panathinaikos puede ser cuarto si gana sus dos partidos; mientras que el Fenerbahce tiene que ganar en Madrid para aspirar a ese puesto.
Así las cosas en el galimatías de probabilidades que se abren en estas dos últimas jornadas, el Real Madrid prefiere centrarse en sí mismo y apuntar hacia "una victoria de mucho prestigio", en palabras de Pablo Laso, entrenador del equipo blanco. "Jugamos en el Palacio, donde somos sólidos y nuestro porcentaje de victorias es alto, y eso nos debe obligar a hacer un buen partido por el apoyo de los aficionados", dijo Laso.
El técnico tendrá a todos sus jugadores a disposición y el equipo llega a este partido después de cuatro días de descanso y entrenamiento y, después, sobre todo, de haber enderezado el rumbo en la competición doméstica con una contundente victoria ante el Bilbao. Esta tranquilidad puede permitir al Real Madrid jugar más suelto y dar rienda suelta a todo el talento y calidad que atesora en su plantilla.
Ante la maraña de opciones, por los posibles rivales, que se abre en su futuro, el Madrid prefiere centrarse en el Fenerbahce y ganar un partido ante un gran equipo, con el segundo presupuesto de Europa, que seguiría aumentando el crédito de un Madrid que ya ha presentado su candidatura al título, a la décima Copa de Europa.