Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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El Real Madrid se aprovechó en Riazor de la docilidad del Deportivo, que resistió media hora delante de su afición, para darse un festín (2-8). En un campo que había sido gafe para el Madrid durante casi veinte años, el equipo blanco descubrió las vergüenzas de los deportivistas.