El Real Madrid es consciente de que para superar la eliminatoria de cuartos de final ante el Panathinaikos tendrá que ganar al menos un partido en Atenas, en el OAKA, y con ese objetivo viaja a la capital griega en este primer doble enfrentamiento.
El Panathinaikos tendrá en el OAKA, con sus 17.000 localidades vendidas, el mayor de los apoyos posibles, pero el Madrid tiene concha en este tipo de situaciones y, de hecho, muchos jugadores se crecen en ambientes hostiles como el que vivirán en la capital helena.
SIN CAMPAZZO
La peor noticia antes de viajar fue la ausencia del base argentino Facu Campazzo, que tendrá que pasar por el quirófano para que le efectúen una artroscopia que le repare "una lesión condral" en la rodilla izquierda. Se perderá al menos toda la serie. El resto de jugadores estará a disposición de Pablo Laso, aunque Anthony Randolph tuvo una incidencia en el último entrenamiento que no pudo concluir. Pese a todo viaja con el equipo.
El equilibrio entre Panathinaikos y Real Madrid es máximo, empate a 9 en sus enfrentamientos totales en lo que va de siglo y 6-3 en casa pasa cara uno. En la ida el Madrid estuvo muy cerca de ganar allí y luego venció con cierta suficiencia en Madrid, pero desde ese momento los griegos han finalizado la Euroliga en perfecta forma como lo demuestran sus siguientes cinco victorias en la competición continental.
El Panathinaikos es un de los equipos más atléticos de la competición y tiene de todo, bueno y en cantidad. Comenzando con Nick Calathes y Mike James en el puesto de base, motor el primero y realizador el segundo, y siguiendo por una gran amenaza desde la línea de tres con el exmadridista KC Rivers, Chris Singleton, Matt Lojeski y Marcus Denmon.
EL RIVAL
En los hombres altos, James Gist, Thasis Antetokounmpo, Ian Vougioukas y Adreian Payne también son una garantía. La clave principal será jugar muy bien. Dominar el ritmo, ser fuertes en defensa, rocosos en el rebote e intentar correr y anotar con cierta consistencia, pero sobretodo ser constantes y no desconectar ni un solo instante, y no dar por muerto al rival ni con veinte puntos de ventaja, porque el Panathinaikos siempre vuelve al partido.
Ganar en Atenas es imprescindible para pasar ronda y llegar a la Final a cuatro de Belgrado, pero para eso queda mucho. Lo primero es recuperar el factor campo y ganar al menos uno de los dos primeros partidos. Después, en Madrid, habría que seguir ganando. Pero eso será ya otra historia.