El Rayo Vallecano firmó la permanencia matemática en Primera con un merecido empate ante el Valencia, al que Dani Parejo guió a la lucha pero fue incapaz de encontrar el camino a la victoria, para dar un paso atrás en el pulso por la tercera plaza y el puesto de acceso directo a Liga de Campeones (1-1).
Nacía el partido con una buena noticia para el valencianismo, quizás la única de una tarde que le complica, la renovación de Gayá. Daba paso a un examen duro ante un Rayo Vallecano que ha construido su permanencia creando una fortaleza en Vallecas, donde sólo el Real Madrid había vencido desde febrero.
CANTADA DE ALVES
El Rayo, con escasas opciones de la utopía europea y ganas de certificar su permanencia, saltó con la ambición de siempre y la apuesta atractiva de Paco Jémez. Aun así, fue el cuadro naranja el que dominó el primer tramo de encuentro. Las llegadas visitantes sin embargo cortaron por lo sano con el mazazo que supuso el gol de Embarba a los 20 minutos. Alves no acertó a blocar y su error animó al Rayo.
Los de Jémez tocaron por momentos pero la urgencia visitante terminó devolviendo la iniciativa al Valencia. Así los de Nuno comenzaron mejor la segunda mitad y Parejo lo confirmó con un disparo al palo cerca de los quince minutos. Entonces llegó la jugada clave del encuentro. Vicandi Garrido expulsó con roja directa a Morcillo, por derribar como último defensa a André Gomes fuera del área.
Vallecas protestó un fuera de juego de Negredo en la jugada, quien a pesar de no tocar el balón entorpeció el trabajo de la defensa local. El golpe fue directo al mentón rayista cuando Parejo anotó la falta directa. El empate, y la jugada, encendió a un Rayo -terminó incluso con Jémez expulsado- que no tiró la toalla. El undécimo gol en Liga del capitán 'che' enseñó el camino a los suyos, pero ni la entrada de Alcácer se tradujo en más goles.
Vallecas protestó un fuera de juego de Negredo en la jugada, quien a pesar de no tocar el balón entorpeció el trabajo de la defensa local. El golpe fue directo al mentón rayista cuando Parejo anotó la falta directa. El empate, y la jugada, encendió a un Rayo -terminó incluso con Jémez expulsado- que no tiró la toalla. El undécimo gol en Liga del capitán 'che' enseñó el camino a los suyos, pero ni la entrada de Alcácer se tradujo en más goles.