Rafael Nadal tuvo que exprimirse al máximo para doblegar a Tomas Berdych y conseguir su clasificación para las semifinales del Abierto de Australia, en las que protagonizará un nuevo capítulo en sus ya históricos enfrentamientos con Roger Federer.
El jugador manacorí pasó un mal trago ante Berdych, quien llegó a disponer de punto de set en la segunda manga para ponerse 2-0 en el partido, pero Nadal se agarró a la pista, sufrió como solo él sabe y le dio la vuelta al partido para acabar imponiéndose por 6-7 (5), 7-6 (6), 6-4 y 6-3, tras 4 horas y 16 minutos.
El primer set fue muy igualado. El checo se agarró a su saque como principal arma para mantener intactas sus opciones, mientras que Nadal consiguió dominar a su adversario en cuanto los puntos se alargaban y podía mandar con su derecha.
Así se llegó al 6-5 y Berdych atacó muy bien desde el resto el saque de Nadal y se colocó con un 0-40. El español apeló una vez más a la épica para remontar, sobre todo en el segundo punto de rotura del checo, en el que hizo una defensa increíble, tras un peloteo de casi 30 bolas, que puso en pie el Rod Laver.
Tras levantar cuatro puntos de set, el número 2 mundial forzó el desempate. Ahí cobró ventaja por 5-3, pero el checo jugó muy valiente y le hizo cuatro puntos seguidos para
cerrar el set, mientras Nadal recriminaba al juez de silla la bola que significó el quinto punto set de su rival.
"Tú aquí no estás de espectador, no aciertas ni una", le señaló Nadal, quien le recordó que ya había tenido que ser él quien parara el juego en otras dos ocasiones, mientras que el árbitro brasileño Carlos Bernardes le espetó: "ya sabes cual es el procedimiento", al no parar Nadal el juego en la bola que consideró mala.
Aún con ese punto en la cabeza empezó el español la segunda manga y Berdych dispuso de dos puntos de rotura, pero Nadal volvió a centrarse en la pista y salvó el juego. Sin desplegar un gran tenis logró aprovechar en mal cuarto juego al servicio del checo para quebrarle.
Ambos jugadores se tomaron una pausa y ganaron con facilidad sus servicios hasta que se llegó al decisivo 5-4 con Nadal sirviendo para ganar. El primer saque no le funcionó al balear y Berdych le apretó muchísimo con sus segundos -el talón de Aquiles del español en este partido-, lo que le permitió igualar el partido.
Pese a que Nadal dispuso de una bola de set al saque de Berdych, éste lo salvó y llevó el partido a un nuevo desempate, donde tuvo un 6-5 para llevarse también la segunda manga, pero la férrea mentalidad del español le permitió primero salvar el punto y luego llevarse el set. La batalla alcanzaba las 2 horas y media de lucha.
El sexto cabeza de serie del torneo arrancó el tercer set con un 2-0 de salida, pero Nadal emergió de nuevo. Cuatro juegos consecutivos le dieron la tranquilidad necesaria y le permitieron reencontrarse con su mejor versión. Aprovechó las lagunas de su rival para tomar por primera vez el mando del partido.
Nadal había alcanzado la velocidad de crucero. Había encontrado la tecla para responder al demoledor saque del checo y recuperó la agresividad que había perdido para volver a ser él quien mandaba en la pista.
La rotura inicial que consiguió en el cuarto set espoleó todavía más a Nadal, que no desaprovechó su ventaja para alcanzar las semifinales de Australia por tercera vez en su carrera