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El Alcorcón logró la victoria frente al Girona (3-1), en un encuentro en el que los visitantes se adelantaron en el marcador en el primer minuto por medio de Peragón pero que Quini, con un triplete, se encargó de dar la vuelta ante un rival que jugó toda la segunda parte con diez jugadores.

El partido comenzó con una jugada desafortunada para los locales que el Girona supo aprovechar para adelantarse en el marcador cuando apenas se llevaba un minuto de juego.

Un fallo del central Javi Hernández, que no midió su salida por alto a un centro sin aparente peligro desde el costado derecho del medio del campo, llegó a los pies de Roberto Peragón que, sólo tuvo que elevar el balón por encima de Manu Herrera para poner en ventaja a su equipo.

Poco duro la alegría para los gerundenses puesto que tras el gol las ocasiones del Alcorcón se sucedieron hasta el minuto quince, cuando el árbitro señaló penalti sobre Rueda tras un empujón recibido en un saque de esquina y Quini transformó la pena máxima igualando el marcador.

El empate espoleó a los locales, que tomaron las riendas del partido y suyas fueran las mejores ocasiones en los siguientes minutos, las más claras en dos disparos desde fuera del área de Nagore en un rechace y Samuel de falta directa.

Para entonces el partido ya se había trabado mucho en el centro del campo y el árbitro tuvo que sacar varias tarjetas amarillas seguidas para reducir la dureza en las entradas de ambos equipos, aunque el factor que cambió el encuentro fue la expulsión de Peragón por doble amonestación a falta de diez minutos para el descanso.

El Alcorcón aprovechó la superioridad numérica en el campo para realizar un juego más directo por las bandas, sobre todo por el lado izquierdo con Carlos Martínez, y buscando siempre como referencia a Quini y Borja en la punta de ataque.

Tras la reanudación Raúl Agné, técnico del Girona, realizó un doble cambio para intentar reactivar el ataque, gozando de dos oportunidades muy claras de gol en los primeros minutos de la segunda mitad por medio del recién salido Despotovic y de Jandro.

Éstas serían las únicas acciones de peligro de los catalanes en la segunda parte puesto que el Alcorcón siguió llevando las riendas del partido y pudo marcar en dos remates de Quini, uno de ellos al poste de la meta defendida por Santamaría.

Con el paso de los minutos el partido decayó en intensidad favoreciendo los intereses del Girona, que con un hombre menos se limitaron a mantener el balón y dejar la iniciativa al Alcorcón, que mejoró un poco en ataque con la movilidad que dio Jeremy por la banda derecha.

Precisamente un centro suyo desde la banda izquierda y rematado en boca de gol por Quini a falta de doce minutos para el final propició que el Alcorcón se pusiera por delante en el marcador para alegría de su afición, que veía como en los últimos minutos su equipo era incapaz de anotar un gol frente a un rival con diez jugadores.

Con este resultado el Girona se marchó al ataque en busca de un empate a la desesperada aunque los huecos dejados en defensa permitieron al Alcorcón jugar a su antojo y lograr ampliar su renta con otro gol de Quini, que volvió a rematar solo un centro desde la banda derecha en el tiempo de descuento, dejando la victoria en casa ante un rival que acusó demasiado la expulsión de Peragón en la primera mitad.