Jugadores como Falcao entendieron ayer por qué el Atlético de Madrid tiene una de las mejores aficiones de España y del mundo. El sábado por la noche, en partido televisado por Telemadrid, los rojiblancos perdían ante el Barcelona por cinco a cero. Una manita en toda regla que hubiera enfadado a cualquier afición menos a la colchonera.
Capaz de apoyar a los suyos en las peores debacles.
Hace once temporadas cuando el equipo bajó a segunda división no abandonó a sus jugadores. Les dio aliento durante las dos temporadas en el infierno y vibró en el ascenso a Primera.
Hace un año tuvieron su recompensa, el doblete europeo, después de catorce años de sequía.
Esta temporada la afición vive ilusionada, se fueron sus dos estrellas, Agüero y Forlán pero ha llegado Falcao, un tigre lleno de ambiciones que ya conoce a la afición del Atlético de Madrid.