La derrota en la final de la Copa de Maestros ante el serbio Novak Djokovic no empaña una de las temporadas más brillantes de Rafa Nadal, que cierra como número uno del mundo el año en el que reapareció tras siete meses sin competir.
Por el camino, el balear ha conquistado su octavo Roland Garros, su segundo Abierto de Estados Unidos y otros ocho torneos, un resultado que, según él mismo admite, no se habría atrevido a soñar cuando hace justo doce meses veía por televisión la Copa de Maestros y no podía ni siquiera entrenarse por sus problemas en la rodilla.
Son escasos los ejemplos de deportistas que han regresado al máximo nivel después de un periodo de recuperación tan largo, especialmente en una disciplina como el tenis, donde las diferencias entre los primeros del mundo son mínimas y los jugadores trabajan durante meses para lograr mejoras casi imperceptibles que les permitan subir uno de los últimos peldaños del ránking.
WIMBLEDON, EL ÚNICO LUNAR
El 28 de junio de 2012, un joven desconocido, el checo Lukas Rosol, echó de la segunda ronda de Wimbledon a Nadal, dos veces campeón del torneo.
Esa fue la última aparición sobre una pista de tenis del balear hasta 221 días después, cuando volvió a empuñar una raqueta en el torneo chileno de Viña del Mar.
Con ese regreso, lleno de dudas por el estado de su rodilla, el español inició un camino de éxitos que le llevó hasta su segunda final de la Copa de Maestros en el último partido del año, en el que Djokovic le devolvió el golpe de la final del US Open, en la que el Nadal se había impuesto dos meses antes.
Nadal ha pasado como un vendaval de la quinta posición en el ránking que ostentaba en enero a la primera, que recuperó el 7 de octubre y que aseguró hasta el final de la temporada con los puntos sumados en la Copa de Maestros.
Nadal ha desbancado así a Djokovic, que fue número uno en 2011 y 2012, y que en Londres ha levantado por tercera vez el torneo que clausura el curso.
El serbio se aseguró en una final arrolladora un campeonato que ha conquistado invicto. De hecho, Djokovic no ha vuelta ha perder un solo partido desde que claudicó ante Nadal en la final del Abierto de Estados Unidos, y acumula 22 victorias consecutivas antes de afrontar la final de la Copa Davis.
FEDERER, CON UN SÓLO TORNEO
Con menos seguridad en sí mismo ha terminado el año el suizo Roger Federer, si bien en el último tramo del curso ha logrado remontar algo el vuelo respecto al inicio de temporada, cuando algunos problemas físicos le impidieron jugar a su mejor nivel.
El suizo, el tenista que más Grand Slam acumula en la historia (17), solo ha logrado levantar un torneo este año (Halle), y cayó ante Nadal en las semifinales de la Copa de Maestros, un campeonato que ha gando seis veces.
A pesar de que a sus 32 años su carrera parece haber entrado en cierto declive (es séptimo de la ATP, su peor posición al término de una temporada), Federer todavía no piensa en la retirada, sino en volver a hacer un buen papel en alguno de los cuatro grandes torneos en 2014.
Por delante de Federer, tan solo un paso más atrás de los dos primeros del mundo, el español David Ferrer cerró también en Londres uno de los años más fructíferos de su trayectoria.
El alicantino, de 31 años, ha encontrado en su madurez deportiva las mejores sensaciones de su carrera. Tras meterse la temporada pasada en las semifinales de dos grandes, París y Nueva York, esta vez alcanzó su primera final, en Roland Garros.
Su éxito en los últimos torneos del año obligó a Ferrer, tercero del ránking, a disputar más partidos consecutivos que ningún otro tenista en este último tramo del curso, y en la Copa de Maestros sus piernas dejaron de responderle.
Se fue del torneo sin una sola victoria, eliminado en la primera ronda, pero satisfecho por cerrar uno de sus mejores años.
Del mismo modo, acaba la temporada con buen sabor de boca, aunque eliminado de la Copa de Maestros antes de lo que esperaba, el argentino Juan Martín del Potro.
El de Tandil aspiraba a arrebatarle el tercer puesto del ránking a Ferrer si llegaba a la final del torneo, pero en su camino se encontró a un Federer que se dejó sus últimas fuerzas del año en remontarle un primer set en contra para ser él quien se enfrentara a Nadal en las semifinales.