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Garbiñe Muguruza, número cinco del mundo, ha conseguido el pase a la final del torneo de Pekín, sobre superficie dura y puntuable para la WTA, tras remontar y vencer en tres sets a la polaca Agnieszka Radwanska (4-6, 6-3, 6-4), y disputará ante la suiza Timea Bacsinszky su segunda final consecutiva tras perder al retirarse por lesión en el torneo de Wuhan (China) ante la estadounidense Venus Williams.

De esta manera, Muguruza celebró de la mejor manera posible su entrada esta semana en el Top 5 y confirmó su ascenso, a partir del lunes, al número cuatro del mundo, desplazando a la checa Petra Kvitova. El encuentro comenzó muy decantado para la polaca, y la hispano-venezolana, que comenzó un tanto dubitativa, lo pagó. Muy rápido se puso Radwanska 0-2 en el marcador, rompiéndole el servicio a la quinta del ranking WTA.

PIERDE EL PRIMER SET

Fue entonces cuando Garbiñe despertó y consiguió remontar hasta ponerse 4-2 con dos breaks consecutivos. A partir de ahí, la tenista española fue incapaz de firmar ningún juego más en la primera manga, que se llevó su rival por 6-4.

Ya en el segundo set, Muguruza consiguió un quiebre muy temprano y su juego parecía dar síntomas de mejora, estabilizándose además en el tiempo. El quinto juego de esta segunda manga pudo ser clave en el devenir del encuentro porque desperdició hasta cuatro bolas de rotura, aunque finalmente no lo echó a perder y administró bien su ventaja para conseguir el segundo parcial.

La tercera y definitiva manga comenzó muy abierta. Ambas jugadoras, sabedoras de la importancia de los puntos que jugaban, realizaron peloteos más largos de lo habitual. Muguruza parecía no estar muy convencida del juego cada vez que se sentaba en la silla a descansar, pero era la polaca la que acababa flojeando.

DEL 5-1 AL RELAX

Con dos breaks en el tercer set y demostrando mucha seguridad en su servicio, Muguruza se puso 5-1 en el marcador y se relajó. Fue ahí cuando la polaca comenzó la remontada y le devolvió las dos roturas de servicio y el encuentro llegó al 5-4 en el tercer parcial.

En ese momento, cuando Radwanska lo tenía de cara para empatar el encuentro, fue cuando Garbiñe rompió de nuevo el saque y ganó el partido, accediendo a la final del torneo de Pekín, donde ya ha conseguido su plaza para el Masters Final WTA de Singapur.

En la final, la española se enfrentará a la suiza Timea Bacsinszky, que venció en la otra semifinal a la serbia Ana Ivanovic en un partido en el que se vio obligada a remontar tras perder el primer set (5-7, 6-4, 6-1).

"ESTOY MUY ORGULLOSA Y QUIERO EL TROFEO"

"Estoy muy orgullosa de alcanzar la final porque significa que he ganado muchos partidos. Tras tener que retirarme en Wuhan llegué con mal sabor de boca y volver a empezar todo de nuevo es duro. Pero estoy orgullosa de haber podido mantener el nivel tanto de juego como mental", comentó.

De cara a la final, la hispano-venezolana afirmó que espera "cualquier cosa". También elogió a su rival, la suiza Timea Bacsinszky, a la que dice conocer "muy bien". "La he visto jugar hoy y sé que es una jugadora muy inteligente; todos los partidos que he jugado contra ella han sido durísimos. Quiero el trofeo, lo quiero tanto que voy a seguir luchando a ver qué pasa", afirmó.