Mónica, Javier y Julieta no se detienen ante nada y el hecho de ser epilécticos no impide que consigan sus retos.
Correr es lo que más les motiva. Y lo compaginan con una vida profesional y personal que enriquecen con la práctica deportiva.
Una manera de acabar con todos los estigmas que rodean a la epilepsia. Una enfermedad del sistema nervioso que no imposibilita la práctica deportiva.