Que Luka Modric posee una enorme calidad, parece incuestionable. También podría serlo su irregularidad, como demostró en las cuatro campañas en las que jugó en el Tottenham, donde alternó apagones creativos con apariciones relevantes. En el Real Madrid sigue una línea similar, mitigada por un final de curso brillante con el que opta a hacerse indiscutible.
El centrocampista croata fue uno de los mayores beneficiados de la victoria blanca ante el Málaga (6-2) y su trabajo fue recompensado con una de las ovaciones más ruidosas de la noche. La grada del Bernabéu se rindió a Modric cuando fue sustituido en la segunda parte por Ángel Di María. Fue una de las mejores noticias de otra noche más rodeada de plebiscitos ajenos al fútbol.
Por momentos, Modric hizo olvidar al público madridista todos los líos que deben preocupar al presidente Florentino Pérez. Últimamente, cada partido se convierte en un agrio debate a favor o en contra de José Mourinho, de Iker Casillas, de Pepe o de Cristiano Ronaldo. Temas ajenos al césped que no benefician a nadie.
MANEJA LOS TIEMPOS
Una vez que Mourinho fue silbado cuando su nombre sonó por megafonía y Cristiano Ronaldo, Iker Casillas, e incluso Manuel Pellegrini fueron aplaudidos, Modric cogió el timón del equipo para que los ojos del Bernabéu mirarán por fin al césped y no al marcador de las alineaciones.
El balcánico cogió el balón cuando quiso y como quiso. Manejó los tiempos a la perfección y demostró ser un socio perfecto para Mesut Özil y Xabi Alonso. Además, no repara en gastos, es generoso hasta el límite, se desfonda hacia delante y hacia detrás.
Coronó su actuación con un gran gol desde fuera del área. Ya lleva cuatro esta temporada y todos desde larga distancia. Mourinho, que durante todo el partido no asomó la cabeza resguardado dentro del banquillo, felicitó a su jugador cuando se sentó junto a los suplentes.
El técnico portugués podría meditar seriamente dar una oportunidad a Modric en la final de Copa que disputará la próxima semana ante el Atlético de Madrid. De momento, Mourinho ha dado minutos al croata en 48 partidos entre las tres competiciones oficiales. De ellos, fue titular en 32.
De los choques importantes del curso, salió de inicio en la ida y en la vuelta de la eliminatoria de semifinales ante el Dortmund. También jugó en Turquía ante el Galatasaray, pero cuando realmente empezó a llamar la atención fue en Manchester, cuando desde el banquillo salió al campo para marcar uno de sus goles desde fuera del área que al final resultó decisivo.
Ahora, encadena tres partidos consecutivos en el once del Real Madrid. En ellos no ha defraudado y con el Atlético en el horizonte, y con Sami Khedira y Mesut Özil renqueantes, parece que tendrá una oportunidad para participar en la final de la Copa del Rey. Lejos queda un inicio de curso dubitativo e irregular. Modric pide paso.