El británico Mo Farah consiguió el oro en 5.000 después de resistir la presión del estadounidense Bernard Lagat, quien en los últimos cuarenta metros dio la impresión de poder arrebatarle el título y que al final fue subcampeón.
El madrileño Jesús España, que se había clasificado para su tercera final mundialista con muchos apuros, apenas pudo seguir el ritmo del mar de africanos que le precedía en las últimas tres vueltas y se clasificó en decimotercer lugar con 13.33.99, un tiempo muy superior a su mejor marca de la temporada (13.04.73).
Farah, de origen somalí, viajó en la parte posterior del grupo, marcado siempre de cerca por Lagat, durante gran parte de la prueba, pero a falta de 1.000 metros optó por comandar las operaciones e imponer un ritmo más vivo que solo pudieron sostener en el lance final los etíopes Imane Merga, bronce, y Dejen Gebremeskel, cuarto, y Lagat.
Con el británico, subcampeón en 10.000, lanzado hacia la meta en la última recta, Bernard Lagat apareció por fuera en el tramo final para sobrepasar a Merga e incluso pareció que podía haber hecho lo mismo con Farah de haber esprintado antes.