El Real Madrid es consciente de que ante el Panathinaikos griego, un rival directo, necesita la victoria porque casi se le ha agotado el margen de error para seguir aspirando a tener la ventaja de campo en los playoffs de cuartos de final de la Euroliga. Con las mismas victorias y derrotas, a falta de seis jornadas y con los mismo objetivos, Real Madrid y Panathinaikos juegan, este jueves en Madrid, una pequeña final.
En el partido de ida el equipo de Pablo Laso perdió por 82-80 con un último tiro liberado de Trey Thompkins que no entró. Precisamente el ala-pívot estadounidense será una de las novedades en el Real Madrid, después de quince días de parón preventivo por un problema de isquiotibiales.
DUDA DE DONCIC
Pero este año las alegrías parecen no venir solas en el equipo español y el técnico comentó las dudas en torno a Luka Doncic, también por un problema muscular, que no había podido entrenar en la víspera y que estaba a expensas de pruebas médicas y de la posible recuperación para poder disputar el partido.
De la igualdad histórica en estos enfrentamientos habla el 16-13 entre ambos y de que en los tres últimos la mayor diferencia haya sido de seis puntos para uno u otro. Laso concedió especial importancia al ritmo de juego habida cuenta de que son un "equipo que crece con las recuperaciones, robos y rebotes tras fallos del rival", de ahí que pusiera el acento en dar siempre "la sensación de dominio sobre el juego".
GRANDES TIRADORES
El Panathinaikos es un equipo muy físico, con grandes tiradores, entre ellos el exmadridista KC Rivers, y con un rebote poderoso. Con todos estos ingredientes y después de las dos últimas derrotas en casa en Euroliga, ante Olympiacos y Fenerbahce, no queda otra que salir a tope de "concentración e intensidad" como apuntó el mexicano Gustavo Ayón.
Además habrá que intentar llegar a los últimos instantes del partido con el choque resuelto, toda vez que esta temporada los finales apretados se le están atragantando un poco al Real Madrid.
