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Julián tiene 11 años y padece TEA (Transtorno Espectro Autista). Juega en el alevín del CB Lourdes de Madrid y en el último partido, para asombro de todo el mundo, anotó su primera canasta, un triple que celebraron hasta sus rivales.

Nacho Silván, padre de Rubén, compañero de equipo de Julián cuenta en su cuenta de Twitter esta entrañable historia: "Rubén, que tiene la suerte de jugar con sus amigos y amigas en un equipo mixto, ha vuelto a casa feliz tras el partido porque nos hemos emocionado y celebrado un momento precioso protagonizado por Julián".

Cuenta que "es una maravilla cómo gestionan la situación sus entrenadoras, dándole minutos en los partidos siempre avisando al árbitro. Julián es feliz entrenando y jugando con su equipo, es uno más. A veces da algún paso de más, pero es un muy bonito comprobar cómo el basket le ayuda a sentirse integrado. El sábado, mediado el tercer cuarto, Julián recibía el balón en la línea de triple...".

Triple que entró limpio en el aro: "Las familias saltando emocionadas, aplaudiendo también las del equipo rival, sus compañeros abrazándole y hasta el árbitro me pareció que lo celebraba. El sábado comprobamos de primera mano cómo el deporte, bien gestionado, es maravilloso. ¡Esa sonrisa de Julián vale más que un campeonato!", concluye emocionado.

Una historia que ha conmovido a todo un campeón como Sergio Llull, que exclamaba en su cuenta de Twitter con un "¡Grande Julián!" o el Valencia Basket destacaba que "es más que un deporte".