El defensa del Girona, Juan Pedro Ramirez "Juanpe" | EFE
(Actualizado

Un gol de Enric Franquesa y otro del senegalés Mamadou Sylla permitieron al Girona ganar en Vallecas al Rayo y encarrilar su billete a Primera con todo a favor para el partido de vuelta en Montilivi.

La primera mitad el Rayo saltó al césped con una marcha más que su rival y en los primeros minutos los acercamientos a la portería de Juan Carlos se fueron sucediendo hasta que en una jugada por la banda izquierda, mal defendida por el Girona, Isi Palazón se encontró con un balón que mandó directamente al fondo de las mallas.

Ese dominio inicial del Rayo se sucedió durante prácticamente toda la primera parte al ritmo que quiso marcar el argentino Oscar Trejo, bien secundado en los extremos por Isi y Álvaro García, que no dejaron de desestabilizar a la defensa del Girona.

A los 40 minutos, cuando el Girona parecía más tocado, el senegalés Mamadou Sylla le ganó la carrera a Esteban Saveljich, se revolvió hacía atrás y puso un balón para que Enric Franquesa, más rápido que Advíncula, marcara a placer ante Luca Zidane.

Antes del descanso, llegó la jugada polémica. Gerard Gumbau lanzó un disparo desde fuera del área que tocó en el brazo de Nahuel Bustos y despistó a Luca Zidane. El gol, inicialmente concedido, fue anulado tras consulta de Pulido Santana al VAR.

Ese susto que sufrió el Rayo se tradujo en realidad en la primera jugada de la segunda parte, cuando Arnau ganó línea de fondo, puso un balón raso al corazón del área y Sylla remató a placer.

El gol dejó muy tocado al Rayo y dio alas al Girona, que puso en muchísimos apuros al equipo madrileño, sobre todo en jugadas rápidas buscando a Sylla y, después, al uruguayo Christian Stuani, que con su entrada al césped provocó que los locales arriesgaran poco a nivel defensivo.

A falta de dos minutos para cumplirse el tiempo reglamentario, José Pozo, en su primera intervención, se encontró un balón cedido por Leo Ulloa para rematarlo a gol, pero el colegiado, tras consultar el VAR, lo anuló, cuando la euforia se había adueñado del Rayo.

En los siete minutos de descuento el Rayo apeló a la heroica y se marchó arriba con todo, pero la impaciencia le pasó factura porque los acercamientos no fructificaron en ninguna ocasión clara de gol.