El belga Philippe Gilbert (BMC), número uno mundial en 2011, resucitó después de un año de sequía con un triunfo en la novena etapa de la Vuelta disputada entre Andorra y Barcelona, de 196,3 kilómetros, por delante de Joaquim "Purito" Rodríguez (Katusha), quien reforzó el maillot rojo.
Gilbert, el mejor clasicómano del mundo que arrasó hace un año con 18 triunfos, entre ellos la Flecha, Lieja-Bastoña, Amstel y Lombardía, estaba "desaparecido" desde que fichó por el BMC. Casillero a cero esta temporada, algo sorprendente para la figura valona, pero en la subida a Montjuic resucitó.
"Phil" se agarró a la rueda de Purito cuando el catalán arrancó a 3,6 kilómetros de meta. Pareja explosiva, resolutiva en este tipos de finales elevados. En la recta de meta sentenció al catalán, que se vio privado de la victoria, pero rentabilizó la maniobra con un bocado de 17 segundos a Valverde y 20 Contador y Froome.
"Rascando como las hormiguitas para restar en la contrarreloj como un canguro", decía en meta Purito, atemorizado por el reloj, su enemigo número uno. Mientras llega la prueba de fuego, el ciclista de Parets del Vallés se lució en su tierra con "la roja", y entrará en la segunda semana al frente de los elegidos. Froome, quien sufre cada día más, le sigue en la general a 53 segundos, Contador a 1 minuto y Valverde a 1.07.
Los favoritos volvieron a salir a escena en las rampas de la antigua subida a Montjuic. No hay día de tregua cuando hay cuestas cerca de meta. Cada segundo es oro, y las bonificaciones empiezan a preocupar seriamente a los candidatos. El Sky trató de imponer su ritmo en los momentos decisivos, pero esta vez no pudo sofocar la rebelión.
Alberto Contador lo volvió a intentar a falta de 5,2 kilómetros, pero el madrileño no logra despegarse de sus rivales en esta Vuelta, le falta la contundencia de antaño. Fue cazado y luego no pudo responder a la iniciativa de Purito y Gilbert. Tampoco estuvo atento Valverde, mal colocado, pero al menos el murciano entró en el primer grupo a 9 segundos, por delante de Contador y Froome, a quien vio "algo clavado" en la subida.
Desde la montaña andorrana al nivel del mar en Barcelona, segundo trayecto más largo de la presente edición. La víspera del soñado primer día de descanso fue de tregua para los favoritos, citados para su próximo asalto, la cronometrada del miércoles en Galicia. La Ciudad Condal, que no recibía a la Vuelta desde hace 13 años, dijo hola y adiós a la carrera: la "visita del médico". El pelotón tenía prisa por cerrar la jornada y volar hasta Vigo.
Cuatro aventureros buscaron su suerte desde el banderazo de salida. Pasada la aduana del Principado, saltaron Chacón (Andalucía), Maaskat (Garmin), Buffaz (Cofidis) y Lindeman (Vacansoleil), una escapada cómoda para el pelotón, que controló las distancias hasta que decidió echarla abajo a 25 kilómetros de meta, momento en que tomó las riendas el Katusha de Purito, con toda la formación tirando a bloque.
Todo previsible, casi rutinario, hasta que llegó lo inesperado, la batalla de turno, por la etapa y por la bonificación, que con una Vuelta tan apretada nunca se sabe. En el Monte de los Judíos volvió Gilbert para firmar su tercera victoria en la Vuelta, la primera de la temporada, casi un año después de la última vez que levantó los brazos. Demasiado tiempo para uno de los grandes del pelotón, que ha vivido "el peor año de su carrera".
La Vuelta se traslada desde Barcelona a Galicia y disfrutará este lunes de la primera jornada de descanso. El martes vuelve la competición con la décima etapa entre Ponteareas y Sanxenxo, con un recorrido de 190 kilómetros.