La selección francesa de fútbol Sub-20 se proclamó campeona del Mundial de Turquía este sábado después de batir a Uruguay en una final que tuvo que decidirse en la tanda de penaltis (4-1) después de terminar sin goles los 120 minutos, donde se erigió como héroe el meta del París Saint-Germain Areola, que detuvo dos lanzamientos para dar a Francia su primer Mundial de la categoría.
La garra de los charrúas a punto estuvo de culminar un épico torneo en el que se jugó el título en el Ali Sami Yen de Estambul disputando su tercera prórroga consecutiva. Uruguay, que buscaba también su primer título en la que era su segunda final, llevó el peso del encuentro pero se encontró con el inspirado meta del PSG. Los franceses, ausentes durante gran parte del partido, aguantaron el tipo y terminaron levantando el título gracias a un Areola que detuvo los penaltis de Velázquez y De Arrascaeta.
Los primeros minutos, de tanteo y batalla física, parecían marchar bajo el dominio de los franceses, pero en verdad la ocasión más clara y casi la única de la primera mitad fue para Uruguay. Un error de Sarr en el minuto 20, que no acertó a ceder el balón con éxito a su portero, a punto estuvo de aprovecharlo Nico López, pero su disparo lo salvó milagrosamente el meta Areloa.
El resto de los primeros 45 minutos se desarrollaron más en el centro del campo. Una batalla en la que los uruguayos trataron de sacar pecho, pero chocaron con el poderío de los Pogba y Kondogbia. Francia pronto se hizo con el dominio de la situación pero si en el centro del campo imponían su ley, en terreno contrario, su rival no se andaba con tonterías.
La defensa charrúa no regaló nada y apenas permitió acercamientos con peligro. La confianza atrás del nuevo jugador del Atlético de Madrid Giménez se hacía notar en cada situación de peligro y, a partir de la ocasión del 'pichichi' celeste, los de Juan Verzeri sumaron confianza para ir a buscar el gol. Así las cosas la primera parte murió en la portería del arquero del PSG, con la presencia siempre incómoda de Nico López y del hoy titular Avenatti.
Las dificultades de Francia se confirmaron en la segunda mitad. Apenas entrelazaba jugadas, muy incómoda ante la pegadiza labor sudamericana, que de nuevo se crecía poco a poco. Con falta de ideas y sin profundidad, la selección gala veía cómo Uruguay tenía las ocasiones. En el 66, una vez más López la tuvo, pero se entretuvo ante el meta rival y mandó fuera el balón. Su compañero de batalla Avenatti la tuvo poco después pero Areola salvó el mano a mano.
Francia solo inquietaba a balón parado, aunque mucho. Con la llegada de los últimos minutos, los de Mankowski tuvieron sus mejores opciones, que se estrellaron en un De Amores inspirado como en todo el torneo cuando se le necesitaba. Casi en el mismo minuto evitó dos veces el tanto, primero de Foulquier, en un disparo desde la frontal, y después de Bosetti, a bocajarro en el córner posterior. Con las tablas en el marcador, por séptima vez en el torneo se llegaba a la prórroga.
El tiempo extra, 'territorio' uruguayo fue un alargue del espeso encuentro, sin apenas ocasiones y con las defensas imponiéndose a los ataques. Francia tomó el mando, más entera físicamente, pero siguió adoleciendo falta de ideas en ataque. Tampoco estuvo muy lúcido el juego de Uruguay, pese a contar con un De Arrascaeta que entró en la segunda mitad y buscaba aprovechar su frescura. Así, el título quedó a la suerte de los penaltis, que favorecieron a una Francia que se llevó la gloria con la sentencia de Foulquier (4-1).
