La selección española, defensora del título, ha debutado en el Europeo de Lituania 2011 con una difícil victoria ante Polonia (83-78). Pau Gasol (29 puntos), ayudado por Juan Carlos Navarro (23), iluminó la senda de la victoria inicial de la selección española, ante Polonia por 83-78, en el Europeo 2011, en un partido incómodo para los jugadores de Sergio Scariolo que pudo haber tenido un final muy negativo.
Pau Gasol fue el auténtico faro guía hacia la victoria, al principio -once de los primeros trece puntos del equipo, hasta pasado el minuto cinco (13-9), llevaron la firma del jugador de Los Angeles Lakers- y al final, en el que España sobrevivió a un final muy igualado.
No comenzó la selección con el mejor de sus juegos. Aunque puso intensidad en defensa y ganas en ataque, diversos fallos puntuales dejaron en entredicho la fiabilidad atrás y la falta de acierto en el tiro dejó a Pau Gasol como única fuente de puntuación.
Claro que Pau, verdadera obsesión del quinteto polaco, se las bastó él solito para llevar al equipo en volandas hacia la primera victoria en el Europeo.
De Polonia, además de la voluntad, habría que destacar a Thomas Kelati (once puntos al descanso), un exponente claro de lo mal que lo puede pasar el equipo nacional cuando tenga enfrente un '3' anotador y capaz de 'postear'.
La defensa de Llull, Navarro o San Emeterio, todos más bajos que el estadounidense nacionalizado polaco (por matrimonio), aunque entusiasta no fue suficiente para frenar sus dentro-fuera y tiro o penetración.
La salida de Víctor Claver, el único jugador español que por características físicas puede competir con este estereotipo de alero alto, arregló por momentos este problema, aunque Sergio Scariolo no contempla esta opción entre sus primeras variantes de juego defensivo.
Sin mayores problemas y con momentos brillantes en la defensa presionante tras punto de tiro libre, España despachó el primer cuarto con un 22-15 y la sensación de que, pese a sus problemas de coordinación, era muy superior a su rival.
Con el banquillo ya de protagonista en cancha, Polonia volvió a acercarse en el marcador, en la salida del segundo período, 22-19, tras un 0-4, pero la selección apenas se inmutó y contrarrestó la situación con un 7-0 (29-19) en poco más de dos minutos.
La máxima renta, 40-25, llegó en el minuto 16 y también la sensación de que Polonia se rendía ante la superioridad española, aunque un arrerón final les permitió reducir un poco la renta antes de marchar al vestuario en el descanso, 44-31.
Rudy Fernández, aquejado de un problema alérgico (ronchas en la piel), jugó el primer cuarto y no volvió a salir a pista.
Una defensa zonal primero y una individual mucho más estrecha en el marcaje permitió a Polonia mantener la diferencia en el marcador durante el tercer cuarto (61-52) ante una selección española que no brilló especialmente y que no solucionó sus problemas de fluidez y variedad ofensiva.
Así las cosas, España, lejos de cerrar definitivamente el partido, se marchó al último descanso antes del último cuarto con ciertos malos pensamientos sobre la suerte del resultado tras un parcial negativo de 17-21.
La selección sintió el miedo en el cuerpo cuando Polonia se acercó a seis puntos, 63-57, a falta de ocho minutos para el final.
Un triple de Pau Gasol fue el bálsamo momentáneo, pero el equipo español siguió navegando en aguas turbulentas y peligrosas y jugando con un estrecho marcador (70-65, a falta de tres minutos y medio).
Tras dominar por 17 puntos (42-25) al filo del descanso, la selección se vino abajo y dejó de creer en su superioridad, en su poderío y en su saber hacer. El 73-69 a falta de dos minutos todavía tensó más la cuerda, pero ahora fue Juan Carlos Navarro quien con un triple en contragolpe pareció sentenciar.
Pero Polonia estaba muy viva. Estaba crecida y se acercó a tres puntos a falta de un minuto, 77-74, y a dos (80-78) a falta de 16 segundos.
A Navarro no le tembló la mano desde los tiros libres, en el último momento, y consiguió que España debutase con una agónica victoria.