27-21. España sucumbe ante Noruega y luchará por el bronce del Mundial

  • 23-22. Francia sobrevive a Dinamarca y sella el billete para la gran final
España - Noruega
España - Noruega |EFE

La Selección española femenina de balonmano cayó ante Noruega (27-21) en la semifinal de su Mundial y luchará el domingo por la medalla de bronce ante Dinamarca, que perdió contra Francia en la primera de las semifinales disputadas en el Palau d'Esports de Granollers.

Las Guerreras fueron a remolque en la primera parte pero apretaron uñas y dientes en defensa para poder ver luz también en ataque y llegar al descanso con un esperanzador 11-11. Aún así, Noruega apretó tras el descanso y cogió una renta cómoda que desalentó a las de José Ignacio Prades.

España - Noruegas / EFE
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Con una Nora Mork imparable y grandes paradas de Katrine Lunde -la mejor del partido- en la portería, Noruega fue demasiado para una selección española que pareció desconectar del partido cuando, en la segunda parte, recibió un parcial contundente. Pese a la buena actuación de Silvia Navarro entre palos, esta vez el 6-0 defensivo no anuló a Noruega.

Las escandinavas volverán a jugar una final de Mundial tras perderse la de 2019, de la que fue apartada por una España que quedó subcampeona. Ahora, Noruega luchará por otro oro (los más recientes fueron en 2015 y 2011) y las Guerreras por un bronce que conllevaría repetir metal en dos Mundiales consecutivos.

23-22. Francia sobrevive a Dinamarca y sella el billete para la gran final

Francia-Dinamarca / EFE
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La Selección francesa femenina de balonmano logró este viernes el pase a la final del Mundial al imponerse por 23-22 a la de Dinamarca en la primera de las semifinales del torneo.

La auténtica lección defensiva protagonizada por el conjunto danés en la primera mitad ni la sobresaliente actuación de las porteras Althea Reinhardt y Sandra Toft impidió que Francia, la vigente campeona olímpica, se alzase con el triunfo en un choque en el que Dinamarca fue por delante en el marcador durante 57 minutos.

La madurez permitió a las de Olivier Krumbholz dar la vuelta al marcador y cumplir con la tradición, ya que la Selección francesa siempre había alcanzado la final las cuatro ocasiones anteriores en las galas habían disputado las semifinales de un Mundial.