La selección española de waterpolo se liberó del peso de la derrota de la primera jornada ante Italia con un triunfo difícil y que exigió un trabajo máximo ante Estados Unidos (9-10), que aún no conoce el triunfo. Fue un partido denso y bronco, que terminó con los jugadores estadounidenses y el banquillo español dedicándose mutuamente gestos de desagrado.
Tres goles fue la mayor ventaja que tuvo España, que debía ganar no solo para encaminar el camino a los cuartos de final, sino también para evitar en ellos a Serbia. Tras fallar los primeros ataques ambos equipos, los españoles se adelantaron en el marcador en su primera superioridad con un tanto de Echenique que solo sería el anticipo de su gran primer cuarto.
Una acertada intervención de Pinedo a tiro largo de Azevedo permitió mantener la mínima ventaja. Pero enseguida el mismo jugador logró volver a armar el brazo y empatar el partido.
Cupido adelantó a los estadounidenses, pero los hombres de Gabi Hernández, espoleados por los gritos del portero Dani Pinedo, disputaron entonces sus mejores minutos, con un tiro al palo de Molina y otros dos tantos de Echenique, el último en un contragolpe letal. Molina se soltó finalmente con el 2-4 que puso fin al primer cuarto.
En el segundo parcial España alternó jugadas muy trabajadas de las que sacó buenos frutos con errores de concentración que se plasmaron en bandazos en el marcador: de enjugar con presteza las acometida de Estados Unidos y mantener esos dos goles de ventaja a marcharse al descanso con empate a 5.
En el último minuto y medio antes de la pausa Echenique y Muñáriz se desesperaron sin encontrar el camino a la red, mientras los norteamericanos aprovecharon la exclusión de Español para marcar su quinto tanto, el segundo de Bowen. Un nuevo intercambio de ventajas anticipaba una última mitad a cuchillo. Estados Unidos cambió de portero en un intento de ponerle otra cara al partido.
Con Estados Unidos arriba 7-6, la tensión se tradujo en una tarjeta amarilla al banquillo rojo, pero Muñárriz y Español, el segundo en superioridad, permitieron a su equipo empezar el definitivo cuarto con un margen mínimo, 7-8. España reservaba lo mejor para el final: Muñárriz, desde muy lejos, y Ballarach, que puso la firma a una elaboradísima jugada de todo el equipo, en superioridad, consiguieron la máxima ventaja de todo el partido, 7-10.
El fallo de España en dos superioridades, más un gol de Bonanni a tres minutos y medio del final y otro de Bowen cuando el marcador ya contaba en segundos (9-10), hicieron temer por una repetición de lo ocurrido en la primera jornada, cuando España perdió en los últimos minutos ante Italia una ventaja preciosa. Gabi Hernández pidió tiempo y esta vez no hubo ocasión de lamentar males mayores. Croacia, Francia y Montenegro serán los próximos rivales de España.