La selección española de balonmano tratará de ratificar este sábado (20:45) en Montpellier las excelentes sensaciones que ha dejado en la primera fase con un triunfo sobre Brasil en un duelo de octavos de final, que enfrentará al preparador español Jordi Ribera con su pasado más reciente.
Y es que Ribera, que se hizo cargo del banquillo español el pasado mes de septiembre, se medirá con los que fueron hasta entonces sus pupilos, tras dirigir durante los cuatro últimos año sal conjunto sudamericano.
CON EL SELLO ESPAÑOL
Un tiempo en el que Jordi Ribera no sólo llevó a Brasil a sus mayores cotas, como los cuartos de final alcanzados en los Juegos de Río, sino que además sentó las bases para que el gigante americano sea capaz de amenazar en un futuro no muy lejano a los grandes equipos europeos.
Ribera recorrió de punta a punta Brasil buscando jóvenes talentos con los que moldear no sólo ya una selección, sino un estilo propio de juego, que el técnico español implantó en todos los equipos nacionales desde la categoría promesa a la absoluta. Un ambicioso plan de desarrollo en el que Ribera ha empleado día y días de trabajo con cientos de jugadores, hasta forjar el jovencísimo y competitivo equipo brasileño al que ahora tendrá que enfrentarse como rival.
"Son cosas del destino", señaló el seleccionador español, quepese a no poder ocultar la estrecha relación que todavía lo vinculacon el equipo brasileño, insistió en dotar de un carácter especial al encuentro que enfrentará en Montpellier a los conjuntos.
"¿Especial?... Dentro de la pista todos los partidos soniguales", indicó un Ribera, que no quiere que ningún factor externo interfiera en la preparación de un duelo, en el que intentará superar los octavos de final que nunca pudo franquear como entrenador del equipo brasileño.
Para ello, Jordi Ribera insistió en la necesidad de mantener la misma intensidad defensiva que el conjunto español mostró ante Eslovenia, máxime ante la capacidad de lanzamiento exterior del conjunto brasileño. Un peligro que personifican los laterales Guilherme Toledo, exjugador del Fraikin Granollers, y Haniel Langaro, el cañonero del Naturhouse La Rioja, que suman casi la mitad de los goles anotados por Brasil en la primera fase del torneo.
LOS PELIGROS
Sin embargo el potente lanzamiento exterior de los Langaro o Toledo no será el único problema al que se enfrentará la defensa española, que deberá vigilar muy atentamente al pivote Alex Pozzer, un pivote no especialmente alto, pero sí muy móvil, lo que le permite ganar con facilidad posiciones de lanzamiento.
Características que obligarán a redoblar los esfuerzos defensivos al equipo español, en especial, a la pareja que conforman en elcentro de la zaga Viran Morros y Gedeón Guardiola, que deberán salir constantemente para contactar con los lanzadores brasileños, sin olvidar cerrar las conexiones con el pivote.
Dos movimientos fundamentales para que España pueda recuperar el balón y desplegar al contraataque a sus veloces extremos, una fórmula que ya le provocó unos problemas irresolubles al conjunto brasileño en el duelo que les enfrentó con Noruega.
Por contra, en ataque la selección española deberá actuar con la máxima tranquilidad para poder superar el profundo 5-1 defensivo que acostumbran a utilizar los brasileños y nutrir de balones a lospivotes y, sobre todo, a los extremos, que se están mostrando casi infalibles en este Mundial.
Un ataque español que se verá beneficiado por la ausencia deThiagus Petrus, el mejor defensor brasileño techo de la selecciónsudamericana, que tan sólo ha podido disputar dos partidos antes decausar baja definitivamente del torneo por lesión.
Ausencia que deberá aprovechar el conjunto español para dotar dela mayor fluidez a un ataque, que según va avanzando el campeonatose va dotando de nuevas variantes, incluido, el lanzamientoexterior, como destacó el propio Jordi Ribera, que los "Hispanos"dejaron entrever ante Eslovenia