Elisa Aguilar y Amaya Valdemoro jugarán hoy su último partido con la selección nacional en la final del Eurobasket, ante Francia, en la reedición, veinte años después, de la final de Peruggia (Italia) donde España logró su primer y único título europeo.
El objetivo es claro, despedir a dos mitos del baloncesto femenino español desde lo más alto del podio, como merecen sus largas y fructíferas trayectorias internacionales.
La empresa no será sencilla. Francia, además de ser el país organizador y contar con el factor cancha a favor, tiene un equipo exuberante en lo físico, con las pívots Isabelle Yacoubou y Sandrine Gruda a la cabeza.
El equipo español ha demostrado que su ambición no tiene límites, que sabe jugar baloncesto como las mejores y que como las francesas también llega invicta a la final.
Sancho Lyttle, más que clara aspirante a jugadora más valiosa del campeonato, será determinante más que nunca. Máxima anotadora y reboteadora del campeonato, Lyttle deberá aguantar el máximo de tiempo posible en pista, optimizando su rendimiento.
Pero España no es sólo Lyttle. Todo el equipo ha dado un paso adelante con Alba Torrens, Cristina Ouviña y Marta Xargay en primera final.
La defensa, que está siendo una de las claves del juego español, volverá a ser determinante, así como el acierto en el tiro exterior. Y la garra, y la intensidad, y la alegría que ha demostrado el equipo español a lo largo del campeonato.
Elisa Aguilar y Amaya Valdemoro no serán convidadas de piedra en el último gran evento en las que se serán protagonistas en la cancha. Las dos tendrán que aportar su experiencia en una final que se prevé competida, igualada y vibrante.
Lucas Mondelo, entrenador de las españolas, seguro que requiere, durante el partido, algún triple de Elisa o la garra en defensa y el tiro de media distancia de Amaya.
Además de intentar reeditar el oro de Peruggia de hace veinte años, la selección quiere sacarse la espina del último europeo de Polonia en que abandonó el podio que fue habitual en las cinco citas continentales de la década anterior.
La ausencia de los Juegos Olímpicos de Londres también fue un duro golpe para las chicas, que quieren paliar con el oro en Orchies, en el Pevele Arena.
La selección femenina quiere volver a hacer historia, dominar Europa y despedir a Elisa y Amaya como se merecen, desde lo más alto.