La selección española de balonmano ha sido capaz de derrotar a los imbatibles franceses, actuales campeones de Europa, del mundo y olímpicos, un equipo que no había sido superado por ningún otro en los últimos 3 años y que sólo había cedido algún empate, siempre ante la Roja de Valero Rivera, que en su primer partido del Europeo de Serbia jugó como los ángeles, defendió duro, aprovechó numerosos contraataques y llegó a tener una máxima ventaja de 5 goles, algo casi impensable antes del duelo.
Los Karabatic, Omeyer, Fernández y compañía no salían de su asombro ante la efectividad del ataque español, la capacidad de robar en defensa y salir en contraataque y las paradas de José Javier Hombrados, el portero madrileño que detuvo algún balón incluso con la cara. Pero los galos no se desanimaron y llegaron al último minuto con una desventaja de solo un gol. Una jugada de pillos de Cristian Ugalde y el enésimo contragolpe del madrileño Roberto García Parrondo dejaron el marcador final en 29 goles a 26. Importante resultado no sólo por la victoria en sí, sino porque los equipos pasan a la segunda fase arrastrando los resultados de la primera, con lo que España podría llegar al segundo cuadro con 4 puntos, si consigue ganar a Hungría mañana y a Rusia el viernes. Una forma inmejorable de comenzar un campeonato de Europa que sólo concede una plaza olímpica, al ganador, y en el que los chicos de Valero Rivera quieren alcanzar al menos las semifinales para optar a las medallas, como ya ocurrió en el mundial del año pasado, cuando España consiguió el bronce.