La tenista belga Kim Clijsters revalidó su corona en el US Open, cuarto y último 'Grand Slam' de la temporada, tras arrollar en la final a la rusa Vera Zvonereva (6-2, 6-1), que se vio impotente ante el torrente de juego de su rival y apenas pudo aguantar 59 minutos en Nueva York antes de hincar la rodilla.
Con este triunfo, la tenista belga conquista su tercer título de 'Grand Slam', todos ellos en Flushing Meadows, donde también coronó en 2005 y 2009. Su victoria se puede considerar la tercera 'consecutiva' en el grande estadounidense, ya que no participó en las ediciones de 2006, 2007 y 2008.
Zvonareva llegaba con el aval de sus dos victorias frente a Clijsters durante el pasado verano en Wimbledon y Montreal, pero esta vez ni siquiera rozó la oportunidad de vencer a la belga. La jugadora rusa ni se acercó a la versión de su juego que sirvió para doblegar en semifinales a la danesa Wozniacki y perdió en la final más desequilibrada en Nueva York desde 1976, cuando Chris Evert arrasó a Evonne Goolagong (6-3, 6-0).
La razón hay que encontrarla en la inspiración de Clijsters, que jugó muy concentrada y certera para sumar un total de 17 golpes ganadores. En el primer set rompió el saque de Zvonareva en el sexto juego (4-2) aprovechando dos errores con el revés de la rusa y enseguida cerró el parcial con un nuevo 'break'.
Zvonareva no pudo hacer nada para enmendar la situación al inicio de la segunda manga (3-0) y, fruto de la impotencia, rompió una raqueta al goleparla repetidamente contra el suelo. Al otro lado, Clijsters seguía a lo suyo, con una racha de siete juegos consecutivos que le catapultó hacía el triunfo.
La belga, que se apuntó un total de 58 puntos por 31 de su contendiente en la final, se convirtió en la primera jugadora en revalidar triunfo en el US Open desde 2001, cuando lo consiguió Venus Williams. La vencedora estuvo diez minutos agradeciendo el apoyo del público y, con su habitual amplia sonrisa, recogió el triunfo junto a su hija Jada.