Carnaval, samba y forró. Río eligió la fórmula del éxito seguro, y lo que mejor sabe hacer, para despedir los Juegos Olímpicos de 2016 con una emotiva ceremonia que puso a bailar al legendario Maracaná pese a la lluvia. Una fiesta para "lavar el alma", según los organizadores, que estuvo pasada por agua por la lluvia que cayó sobre Río durante buena parte del día y que terminó con un espectáculo vibrante de música tropical y color con el mítico Maracaná puesto en pie.