Eusebio Cáceres volvió a quedarse a un centímetro de su objetivo en alta competición: si en los Juegos de Londres le faltó esa mínima distancia para entrar en la final olímpica de longitud, hoy ese mismo margen le separó de la medalla de bronce en los Campeonatos del Mundo.
"Aunque feliz, tiene un punto amargo porque quedarte a un centímetro de las medallas, te deja un poco bajo de ánimo, pero lo he dado todo y ellos han sido superiores", comentó, resignado, el alicantino tras abandonar la pista.
El ruso Aleksandr Menkov, a quien el propio Cáceres había proclamado favorito indiscutible, voló hasta los 8,56 metros, exactamente el récord de España en poder de Yago Lamela, para atrapar el primer título mundial de longitud que consigue un atleta europeo, en tanto que el mexicano Luis Rivera "robó" el bronce, con 8,27, al Eusebio Cáceres, cuarto con 8,26.
Por medio se metió Ignisious Gaisah, un ghanés que estrenaba nacionalidad holandesa, con 8,29, en un concurso muy igualado, a excepción del primer puesto, con siete centímetros de separación entre la plata y el sexto puesto.
Con el campeón olímpico, el británico Greg Rutherford, eliminado en la calificación y el estadounidense Dwight Phillips, cuádruple campeón mundial, en horas bajas por las lesiones, la final se presentaba muy abierta, aunque su desarrollo demostró que Menkov, campeón de Europa en sala, estaba dos peldaños por encima del resto.
Cáceres se situó en cabeza con su segundo salto. Ajustó el pie a cinco centímetros de la tabla y se fue a los 8,25, clavando la marca de la calificación. Pero el concurso no había hecho más que empezar, y a partir de ahí sus rivales le fueron empujando hacia abajo, hasta dejarle con la amarga "medalla de chocolate".
"Si quiero estar ahí", apuntó Cáceres, "tendré que luchar más y seguir evolucionando. No creo que se me haya escapado. Simplemente han sido superiores a mí. Estamos evolucionando. Este año hemos conseguido pasar varias veces de los ocho metros, estar en la final de un Mundial y rozando las medallas y creo que eso es lo importante, seguir avanzando".
Bruno Hortelano, el otro español que competía por la tarde, cayó en las semifinales de 200. Por la mañana se había metido en la penúltima ronda con un nuevo récord de España (20.47) y confiaba en mejorar, todavía por tarde "después de un buen plato de espaguetis y una buena siesta", pero la final estaba imposible.
El trotamundos español -nacido en Australia, luego residente en Canadá y ahora en Nueva York-, se despidió de los Mundiales con un quinto puesto en su semifinal y una marca de 20.55 que también es mejor que la que trajo a Moscú. A la final sólo pasaban los dos primeros, y otros dos por tiempos.
En las series matinales de 200, el barcelonés Sergio Ruiz, que tenía el récord nacional anterior con 20.51 (Salamanca, 12 de junio), quedó eliminado con un tiempo de 20.88. "La temporada se me ha hecho demasiado larga", confesó. EFE