El francés Karim Benzema iluminó al Real Madrid, reenganchado al triunfo a ritmo de goleada en el inicio del 2012, con el atacante como faro en la visita del Granada, que salió excesivamente malparado del estadio blanco, al que regresaba después de 36.
Benzema, fue la mejor noticia y la principal preocupación. Al buen nivel del galo, autor de dos de los goles, se sumó después la zozobra por su estado físico, que le retiró del campo de forma prematura.
La apertura de las rebajas estuvo a punto de alcanzar también el estadio Santiago Bernabeu. El recinto blanco no es un feudo dado a los saldos. A las gangas para sus adversarios. Al contrario. Suele ser un campo caro para los visitantes.
No acaba de funcionar, sin embargo, el regreso a la faena del equipo de Jose Mourinho. Fue evidente en el choque de Copa del Rey, contra el Málaga. También ocurrió en el reencuentro con la Liga. En la primera cita del 2012.
Llegó con esa idea el Granada, 36 años después y arropado por más de 6.000 seguidores que dieron color a la cita. Ganó el cuadro de Fabri González en San Mamés, frente al Athletic y en el Sánchez Pizjuán, contra Sevilla. Bagaje a tener en cuenta como visitante.
Mourinho apostó por el argentino Gonzalo Higuaín y con el francés Karim Benzemá juntos de inicio. Busca dar minutos al sudamericano. Pero tampoco encuentra argumento alguno para apartar del once al galo.
Benzema es, de largo, el jugador más en forma del Real Madrid. Activo y generoso como nunca cada participación la acompaña con calidad. Con talento. Con clase. Un control, un desmarque o un disparo. Es una solución para Xabi Alonso o Mesut Ozil, que se incorporó a la relación de los destacados.
El atacante francés fue el mejor en los 53 minutos sobre el césped, que dejó lesionado, cojeando. Acompañado por las asistencias médicas blancas y una ovación atronadora de la afición, que agradeció su generoso esfuerzo.
Para entonces el Madrid ya había cerrado el partido. Vencía 4-1, con dos goles de Karim. El primero, el que abrió el marcador, para resolver una jugada entre Mesut Ozil y Cristiano Ronaldo. El segundo, un minuto antes de su retirada del campo. Después de un excelso control a pase del alemán para cruzar al segundo palo de Roberto.
Pero entre un gol y otro el duelo estuvo entreabierto. El Granada, agazapado en el comienzo se encontró con el empate en una jugada del nigeriano Ikechukwu Uche, que sonrojó a Marcelo antes de regalar un centro al área, que cabeceó Mikel Rico a la red.
La jugada desnudó de nuevo a la zaga blanca, que aportó al francés Rafael Varane como novedad. Fue otra vez un balón por alto. Un error de marcaje. Un despiste más.
El Granada se animó definitivamente. Mikel Rico tuvo una nueva ocasión que obligó a Iker Casillas. Salió de la cueva y tiró de desparpajo, a la contra, alentado por la velocidad de los nigerianos Uche y Odion Ighalo y de Dani Benítez.
Llegó Sergio Ramos a poner tranquilidad cuando peor se mostraba su equipo. Fue en un saque de esquina lanzado por Ozil que el sevillano remató, de cabeza, al lado derecho de Roberto.
El inicio del segundo tiempo fue determinante. Dos goles en cinco minutos que cerraron el partido. El primero de Higuaín, que aprovechó un pase con la puntera de Marcelo para cumplir con su cita con el gol. Acto seguido llegó el segundo de Benzema, que dejó el partido cerrado.
El gol de Cristiano Ronaldo, que culminó un contraataque iniciado por el turco Hamit Altintop y continuado por el brasileño Kaká, endulzó el final de fiesta madridista, centrado desde ya en solventar el compromiso copero, el martes, en Málaga.