Llega su competición por excelencia. En la única que había brillado hasta el tramo final de liga y en la que no solo se sitúa como máximo goleador de su equipo sino entre los pichichis de la competición, con cinco tantos y en tan solo tres partidos como titular.
Llega además un rival francés, su ex-equipo el Olimpic de Lyón. En el único partido que ha jugado contra un rival francés en el Bernabeu, el Auxerre, Benzema fue la estrella. Marcó de cabeza, con el pie izquierdo y puso la guinda al encuentro con un autentico golazo, esta vez con el pie derecho . Fue su partido soñado y tuvo premio.
Antes en Holanda, ante el Ajax, había logrado el gol con el que el Real Madrid iniciaba la goleada,0-4, que le clasificaba matematicamente para octavos. Y después, en Lyón, a pesar de comenzar en el banquillo, marcó un gol que además de ser el primero del Madrid en el Estadio de Gerland, puede ser clave para lograr el pase a cuartos.
Un gol que le otorgó la confianza suficiente para convertirse en la actualidad en el hombre más en forma de su equipo, con un doblete en los 3 últimos partidos, y que desea repetir e incluso superar ante sus ex.