El regreso brillante de Gareth Bale, los goles de Karim Benzema y el dulce momento de Jesé Rodríguez, tumbaron a un Villarreal fiel a su estilo en el Santiago Bernabéu (4-2) y permitieron dejar en el olvido por un día a Cristiano Ronaldo, que sancionado disfrutó del partido desde su palco.