Adnan Januzaj y Koke Resurrección disputan un balón en el partido de Copa del Rey entre la Real Sociedad y el Atlético de Madrid | EFE
(Actualizado

El Atlético de Madrid dice adiós a la Copa del Rey tras caer en Anoeta ante la Real Sociedad por dos goles a cero, tantos materializados por Adnan Januzaj y Sorloth.

Los rojiblancos, recientemente eliminados de la Supercopa de España en semifinales, siguen sin pasar de octavos en las últimas tres ediciones e incluso quedándose antes en dos de ellas.

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Cuando Adnan Januzaj remató el 1-0 en el minuto 33 entre tres defensas, entre la duda en si salía o no el portero Jan Oblak y en un nuevo central lateral, tan dañinos hoy por hoy para el Atlético de Madrid, y cuando Alexander Sorloth aprovechó el enésimo despropósito esta temporada de Felipe Monteiro, este miércoles ya tremendo, el equipo rojiblanco y Diego Simeone revivieron la frustración; instantes y fallos repetitivos toda la temporada, que se extienden en el tiempo, en cada partido y en cada competición sin freno aparente.

Es lo habitual en este Atlético. No tiene excusas. Pero tampoco soluciones, desangrado por su desastroso rendimiento defensivo, tan visible, tan insistente, tan desesperante, urgido como está el conjunto madrileño de una recomposición en cada una de sus líneas, pero, principalmente, en su retaguardia, señalada de nuevo por otra derrota, por dos errores que responden más a una cuestión individual que colectiva.

Januzaj no tenía ninguna ventaja en el centro desde la banda derecha que remachó, entre la indecisión primero de Jan Oblak para salir o no a por el balón, pero, sobre todo, entre tres marcadores que no fueron capaces de privarle del remate. Ni Felipe Monteiro ni Ángel Correa ni Sime Vrsaljko. Los centros laterales son una pesadilla para el Atlético y su cuerpo técnico desde hace semanas, uno de los focos de los que nacen sus múltiples problemas.

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Y la pelota era de Felipe Monteiro cuando, en el inicio del segundo tiempo, aún con 1-0 en el marcador, el central brasileño, señalado de nuevo en otra derrota, en otro fallo, entregó el 2-0 a su adversario, a Sorloth, porque, como último hombre, no fue capaz de determinar qué es lo que quería hacer ante un simple pase atrás y ante la presión de dos rivales.

En los momentos previos al partido, el autobús del Atlético fue recibido con lanzamiento de objetos, insultos y cánticos hostiles por parte de decenas de aficionados de la Real Sociedad.